sábado, noviembre 16

Despedida.

Da demasiada pena reconocerlo queridos lectores (y por eso precisamente nos habrá costado tanto publicar esto), pero se acabó. No os imagináis lo genial que ha sido escribir esta historia hasta el punto de llegar a creérnosla. Ha pasado bastante tiempo desde que empezamos a escribirla, más de lo que esperábamos y me sorprende lo genial que ha quedado. Sé que Sara se siente igual de feliz que yo con esta historia y ni si quiera esperábamos tantas visitas, pero nos alegra inmensamente que hayáis leído cada capítulo. Algún día de estos la volveré a leer, y recordaré cada capítulo con melancolía, suena absurdo pero... lo haré como si fueran recuerdos, como si todo hubiese sido de verdad... a veces lo parecía, creerme. No es una historia real (ojalá lo fuera), pero yo si creo en eso de que los sueños se hacen realidad y espero que todos empecéis a creerlo.
Me ha costado más de lo que pensáis escribir esta despedida, y el final de la historia, porque no quería que acabase. Ha habido capítulos que me han hecho llorar mientras escribía, y otros que me han hecho reír, y sentirme bien... o mal. Sara y yo hemos llegado a enamorarnos de esta historia, y lo único que espero es que os haya pasado lo mismo. Podéis contarnos lo que penséis dejando un comentario o por twitter, en el link que os dejo aquí:
Sara.
Laura.
Gracias por estar leyendo esto, gracias por haber leído nuestra historia. Y que sepáis que escribiremos otra historia... aunque no sobre los chicos.
Un beso enorme, y no olvidéis nunca que los sueños se hacen realidad.

♥♥♥♥

Queridos lectores, que decir ya que no haya dicho Laura...Pienso exactamente lo mismo que ella. Me ha encantado escribir esta historia, porque la compartía con Laura, porque era sobre los chicos y porque muchas veces me ha servido para desconectar de todo lo que me rodeaba. Gracias por haber estado detrás de la pantalla apoyándonos a vuestra manera, las visitas lo decían todo, y sinceramente os estamos eternamente agradecidas. Da mucha pena despedirse de algo que te a llenado tanto y te ha hecho sentirte tan bien pero todo en esta vida tiene que tener un final y a la historia le ha llegado de la mejor manera que Laura y yo hemos podido. Solamente daros las gracias y que por favor, como último favor, nos digáis sinceramente que os ha parecido como a dicho Laura por comentario o por twitter, queremos escribir otra (en parte para recordar de manera simbólica a esta) y queríamos saber si tendríamos que mejorar alguna cosa o algo. Muchas gracias por todo y hasta siempre.

Con mucho amor: Laura y Sara.


domingo, octubre 20

Laura (último capítulo).

Era el día de la boda de Niall y Rebeca, y estábamos todos emocionadísimos. Harry y Sara habían llegado hacía un par de días de su increíble verano de aventuras aunque todavía no les habíamos visto. Desde aquella cena en casa de Niall y Rebe a finales de mayo no les habíamos vuelto a ver. Nos mandaron algún que otro mensaje y nos llamaron alguna noche desde cualquier parte del mundo, también llegaron postales de diferentes ciudades. Después de llevar diez años haciendo el imbécil (llamemoslo así) decidieron tragarse su orgullo o lo que fuese y reconocieron que seguían enamorados el uno del otro. Y fue una reconciliación a lo grande porque se tiraron más de tres meses viajando por el mundo, conociendo ciudades y viviendo mil aventuras.
- Madre mía, estás preciosa... - sonreí a Zayn que se estaba colocando la corbata en el salón mientras yo salía de nuestro dormitorio ya arreglada. Le ayudé a colocarse la cortaba y le di un beso en los labios.
- No podemos llegar tarde a la boda cariño, ponte los zapatos ya termino yo con esto. - Me dijo, y yo le hice caso. Poco después estabamos montados en el coche camino a la iglesia. Iba mirando a Zayn mientras conducia, ya hacía dos años y medio desde nuestra boda y llevabamos diez años juntos pero todavía me costaba creer lo perfecto que era.
- ¿Por qué me estás mirando así?
- Porque todavía me dejas embobada cada vez que te veo con traje. - Los dos nos echamos a reír.
- ¿Y cómo estoy sin él?
- Mmmmm... mejor todavía. Pero no te preocupes, lo comprobaremos esta noche cuando te lo quites...
Estuvimos riendo hasta llegar a la iglesia, Zayn aparcó su coche y salimos emocionados. Vi a Louis, Liam, Mark, Adam, Danielle, Alison (con su enorme barriga de 8 meses) y Eleanor en la entrada con Ian, Hanna y Zack.
- Bueno, lo primero es comerme a estas tres preciosidades... - dije acercándome a los pequeños y plantándoles un beso a cada uno. Adoro a esos niños, son como sobrinos para mí y deseaba el día en el que Zayn y yo tuvieramos hijos. Todavía seguía besando a los pequeños cuando aparecieron Harry y Sara. Abracé fuerte a Sara y me la comí a besos también.
- Te odio... estás negra... - dije casi llorando de la emoción por verla junto a Harry después de tanto tiempo.
- Yo también te quiero Laura. - me respondió ella separándose un poco de mí y dándome un beso en la cara. Abracé a Harry.
- Os ha costado eh guapos... - dijo Louis, y también les abrazó. Todos fueron haciendo lo mismo, seguíamos con abrazos y besos cuando vimos llegar el coche de la novia.
- Ay, que llega Rebeca... - susurró Ali emocionada mientras todos nos colocabamos para verla salir de aquel coche vestida de blanco. Estaba espectacular, se le veía resplandeciente. El vestido y el peinado le sentaban genial y estaba feliz... algo bastante normal ya que se iba a casar con Niall. Entramos y nos sentamos en la iglesia, vi al rubio irlandés esperando a su chica en el altar, sentí una gran emoción e incluso ganas de llorar de felicidad. Zayn me agarraba de la mano. Cuando Rebeca entró en la iglesia noté la mirada entre ella y Niall, fue precioso. Se querían, se quieren muchísimo y no hay más que verles.
No pude evitar emocionarme y soltar algunas lagrimillas en el 'sí quiero'. A la salida de la ceremonia había un montón de periodistas y fotógrafos, pensé en la de portadas de revistas que protagonizarían, un cantante y una productora... serían noticia. Volví a montarme con Zayn en el coche para ir al banquete, estaba a las afueras de la ciudad, un lujoso restaurante que solía estar lleno de famosos y ricachones. Sería una comida de lujo extremo.
- Me encantan las bodas... - dije en el coche, mientras Zayn conducía. Él sonrió.
- Lo sé cielo. ¿Habrá alguna en la que no llores? - Reí y negué con la cabeza.
- Sabes que no...
- En la nuestra no lloraste.
- Porque tenía que decir 'sí quiero', pero estuve llorando de los nervios y de la emoción antes de llegar a la iglesia... - Zayn se echó a reír.
- Eso no me lo habías contado.
- Lo sé. - le respondí, también riéndome.
- Eres totalmente increíble eh... - sonreí. Poco después llegamos al banquete y nos sentamos todos juntos en un mesa cerca de la mesa de los novios. Comimos un montón de comida deliciosa, y nos reímos y nos divertimos un montón. Los fotógrafos que habían contratado sacaron videos y fotos geniales y Rebeca y Niall se pasaban de vez en cuando por nuestra mesa para ver qué tal nos lo estabamos pasando.
- Tú, rubiales... ven aquí. - le llamó Harry a Niall. - Resulta que te has casado Niall, ¿qué opinas de ello? - todos nos reímos y Niall sonrió mirando a Rebeca.
- Opino que soy el hombre más feliz que hay aquí ahora mismo. - Todos sonreímos pero entonces Zayn me miró, Harry miró a Sara, Louis miró a El, Liam a Dani, Mark a Ali y negaron con la cabeza.
- No sé qué decirte eh... - respondió Harry.
- Yo creo que somos bastante felices todos. - añadió Liam. Todos reímos y me alegré muchísimo de aquella situación. Antes del postre Sara y yo decidimos salir fuera a tomar un poco el aire.
- Bueno, en algún momento tendrás que contarme como ha ido este verano de desaparecida total... ¿no? - Sara me sonrió.
- Ha sido el mejor verano de toda mi vida... bueno, el segundo mejor verano de toda mi vida. - Sonreí y la abracé, sabía a que verano se refería.
- ¿Sabes, Sara? Todavía hay noches que me acuesto y le doy mentalmente las gracias a Julia por el regalo que nos hizo, ni si quiera creo que pudiera imaginar lo que nos estaba dando al pagarnos aquel viaje.
- A veces pienso que si que lo sabía, como si una parte de ella supiera que ese viaje iba a cambiar nuestra vida... y esté donde esté sonríe por ver lo felices que somos y se siente orgullosa de habernos ayudado a serlo.
- Estoy segura de ello Sara. - noté en sus ojos lágrimas de felicidad, igual que las había en los míos.
- Laura, no quiero olvidarme jamás de aquel verano. Nunca.
- Yo tampoco... - volví a abrazarla y nos quedamos un rato ahí, sin decir nada más... las dos pensabamos en todo lo que había pasado en todo este tiempo, y las cosas al final habían salido bien para todos.
- ¿Chicas? Qué hacéis ahí, venga... que llega la tarta.
- Sí Louis, ya vamos. - Entramos de nuevo al restaurante y vimos como Niall y Rebeca cortaban la tarta, después tomamos el postre, habíamos comido de maravilla.
La tarde y la noche transcurrieron genial, bailamos, bebimos y cantamos en la discoteca que tenía el lujoso restaurante y después pasamos la noche en las habitaciones del hotel. Todo era lujo y diversión. Con mi marido, y mis mejores amigos. A la mañana siguiente todos quedamos para desayunar juntos, ya se habían ido a casa todos los demás invitados de la boda. Zayn me despertó repartiendo besos por toda mi cara y nos vestimos con ropa que habíamos llevado de recambio. Bajamos al restaurante y nos encontramos con los recién casados que se iban de luna de miel esa misma tarde, con Liam, Mark, Adam, Louis, Danielle, Eleanor y Alison. Faltaban Harry y Sara. Me senté a tomarme un café junto a Zayn.
- ¿Cómo ha ido la noche de bodas? - pregunté a Rebeca y Niall, se limitaron a sonreír... hay preguntas que no necesitan ser respondidas con palabras. Les guiñé un ojo y eché un trago a mi café justo cuando llegaron Harry y Sara.
- Buenos días, ya estamos todos. - dijo Adam.
- Buenos días. - respondieron Harry y Sara con una enorme sonrisa en la boca. Todos estábamos contentos, era fascinante.
- ¿Qué Adam? ¿Ligaste ayer? - preguntó Louis riendo.
- Sí, con la recepcionista del hotel. - respondió él riendo.
- ¿Hablas en serio? - preguntó Sara mientras se servía zumo de naranja.
- No, es broma... ayer decidí tomarme un descanso... - todos volvimos a reír. Después se creó un momento de silencio hasta que Harry lo rompió:
- Chicos, chicas... Sara y yo tenemos algo que contaros...
- Sí, una reconciliación, tres meses desaparecidos por el mundo a base de llamadas rápidas y postales de todas partes... ya os vale guapos. - le respondió Eleanor sonriendo.
- A parte de eso... no queríamos contaroslo ayer porque era el día de Niall y Rebe... pero... - dijo Sara, empecé a sospechar lo que iba a decir y me incorporé en la silla.
- Sueltalo ya, por amor de dios. - le dije, extasiada.
- Estoy... embarazada. - terminó ella, sonriendo. Todos nos levantamos de golpe y le dimos la enhorabuena.
- ¡aaaaaah, es genial! - grité.
- ¡NO ME LO PUEDO CREER! - gritó Rebeca abrazándolos. Me acerqué a Sara y cuando Rebeca se separó de ella le dí un fuerte abrazo, y después otro a Harry, los demás fueron haciendo lo mismo.
- Amor, reconciliaciones, bodas por todos lados, bebés cada dos por tres... madre mía como andáis amigos, voy a tener que buscarme una chica en serio ya. - dijo Adam riendo.
- Deberías. - le respondió Liam. Zayn estaba abrazando a Harry y les miré sonriendo. Vi que se decían algo en bajito e intenté escuchar...
"Que suerte tuvimos al encontrarlas eh..." oí decir a Zayn.
"Y que lo digas..." respondió Harry susurrando y sonriente. Después me acerqué a Zayn y le dí un beso en los labios.
- Serás un padre estupendo... - le dije a Harry, miré a Sara hablando animada con Alison de embarazos y pensé en que ellas también serían buenas madres.
- Os quiero mucho a todos. - dije, no pude evitar decirlo porque eran lo mejor de mi vida. Todos me miraron y sonrieron, después seguimos charlando y acompañamos a los recién casados al aeropuerto para que se fueran a su luna de miel de una semana.


Es 12 de enero del año 2023, tengo 28 años aunque dentro de poco más de dos meses cumpliré los 29. Hace ya cuatro meses que Niall y Rebeca se casaron, y hace unas semanas Sara supo que su bebé será una niña. Cuando vino a casa para contármelo me sentí extremadamente feliz e intenté imaginarme como sería la pequeña... su pelo será rizado, y será monísima, de eso estoy segura. Como propósito de año nuevo Zayn y yo decidimos que también queremos ser papás, y llevamos estos doce días intentándolo... aún no sé si estoy embarazada o no, pero espero estarlo pronto. Sara está emocionadisima porque quiere que nuestros hijos sean de la misma edad, será perfecto. Aunque estudié criminología y estuve trabajando varios años al final voy a intentar dedicarme a la literatura porque siempre soñé con ser escritora asique después de la conversación que tuve con Sara en la boda me decidí a escribir la historia de aquel verano que cambió nuestra vida, le pedí que me ayudara y eso hemos hecho. Ha quedado tan.... genial. Me encanta recordar aquellos adolescentes que fuimos, resulta que después de todo vivo en Londres cerca de mis mejores amigos y estoy casada con uno de mis ídolos de la juventud. No sé como irán las cosas a partir de ahora, no sé cuando llegarán mis hijos, ni como serán, no sé cuando tendrán hijos los demás... ni cuantos, no sé como será la novia de Adam cuando por fin la encuentre, no sé si conseguiré hacerme escritora o si esta historia llegará a triunfar.... hay muchísimas cosas que no puedo saber. Pero hay algo de lo que estoy completamente segura desde aquel verano que nos regaló Julia... los sueños se hacen realidad.

miércoles, octubre 16

Sara (Penúltimo capítulo)

Diez años después…

Tras la ventana de avión solo se veían nubes. Unas nubes preciosas, casi tan bonitas como el día que fuimos Laura y yo por primera vez a Londres. Sonreí al recordar aquellos tiempos, ya había pasado mucho desde entonces, pero había cosas que no habían cambiado nada.
Miré mi reloj. Seis menos diez. Era un alivio que mi último paciente hubiera cancelado la cita de las doce, me había dejado juego para adelantar mi vuelo y poder llegar sin problemas a la cena de esta noche. No solía venir mucho a Londres, solo en ocasiones especiales cuando organizábamos cenas o llevaba mucho tiempo sin verles, aunque no estaban siempre todos aquí, como Niall y Rebeca, que al finalizar Rebeca su carrera se mudaron a Los Ángeles para que Rebeca tuviera más oportunidades en el mundo del cine, y no le iba mal la verdad, su última película había sido un éxito en taquilla a nivel mundial. Volví a mirar el reloj impaciente. Diez minutos y aterrizaríamos. Intenté distraerme jugando con las llaves de mi nueva casa en Londres, suspiré y volví a mirar el reloj pero el tiempo parecía haberse parado, respiré otra vez y volví a mirar por la ventana.
-          Gracias, quédese con la propina- dije al taxista tras sacar la maleta del maletero
-          Que tenga buen día señorita- y arrancó tras decirlo.
Metí las llaves en el portal y entré. Saludé al portero y fui directa al ascensor. Estaba enamorada de mi nueva casa, sobretodo de las vistas que tenía, por eso me decidí a comprarla. Ático C. metí las llaves y entré. Todavía olía a nuevo. No tenía mucho amueblado, lo justo, mi habitación, la cocina, el salón y los baños, ya cuando tuviese tiempo desempaquetaría el resto de cajas que tenía guardadas en una habitación y seguiría dándole forma a mi casa, pero ahora me apetecía un baño. Preparé el agua mientras colocaba la ropa en el vestidor para que no se me arrugara. Otra de las razones por las que me compré el piso, el magnífico vestidor de la habitación principal.
 Me quité la ropa y me metí en el agua caliente, el vaho invadía el baño. Cogí el teléfono y marqué. Tendría que avisar de que ya estaba aquí.
-          Hola Sari – dijo Laura al otro lado del teléfono, aún me seguía llamando así.
-          Ya estoy aquí, llegué hace un rato- dije mientras jugaba con los pies con la espuma de la bañera
-          Lo sé, Zayn hizo el seguimiento de tu vuelo con su móvil- oí de fondo un ladrido
-          ¿Qué tal está Noa?- pregunté. Ya estaba algo mayor para andar viajando de España a Londres y los vuelos no le sentaban nada bien.
-          Hoy está muy contento, como si supiera que hoy vienes- reímos las dos. La risa de Laura era lo que más echaba de menos a lo largo de los días.  Noa volvió a ladrar.
-          Me alegro.  Mañana vamos a pasearlo- propuse
-          Eso está hecho- dijo Laura con una risita. Sabía que Zayn le estaba incordiando
-          Dile a Zayn que ya cuelgas- esta vez reímos los tres- bueno, me pasáis a buscar como habíamos quedado ¿no?
-          Sí, en una hora estamos allí- dijo Laura antes de que nos despidiéramos y colgáramos.
Sonreí al pensar en lo bien que les iba a Laura y  Zayn. Todo había ido sobre ruedas para los dos, Laura terminó su carrera allí y tenía trabajo estable, una casa preciosa y un marido que la quería incondicionalmente. Muchas veces envidiaba su felicidad, tenían sus altibajos, como en todas las parejas, pero eran el ejemplo perfecto de almas gemelas.
Decidí salir de la ducha y empezar a arreglarme. La cena la organizaban Niall y Rebeca en su casa y habían pedido a los papás que dejarán a sus hijos en casa que la cena prometía alargarse, lo que me llevaba a esperar un día más para ver a mi ahijado Ian. Suspiré al cepillarme el pelo. Casi todos tenían su vida organizada y yo… bueno yo no podía quejarme en cuanto a temas de trabajo, dinero y salud, pero en lo que se refería al amor… mi corazón seguía con heridas de la primera vez que se rompió hace diez años y cada día que pasaba veía más difícil la idea de encontrar a alguien que consiguiera arreglarlo. Me hice un moño recogiendo mi melena y me dejé algunos mechones sueltos, me maquillé y me vestí con un vestido negro hasta los pies, iba a ponerme los tacones cuando llamaron al timbre. Abrí el portal dejando pasar a Zayn y a Laura y dejé la puerta abierta para que entraran,  tenía tres minutos en lo que subían para coger mi cartera con las cosas y ponerme los zapatos.
-          Estas preciosa, como siempre- oí a mis espaldas cuando acabé de guardar las llaves en la cartera, su voz no sonaba igual por teléfono
-          Yo también te he echado mucho de menos- dije girando y abrazando a Laura, luego abracé a Zayn, que bien le sentaba el traje a este hombre.
Bajamos y nos montamos en el coche de Zayn. Íbamos hablando de que tal estaban las familias de camino a casa de Niall y Rebeca. Entramos en el jardín de la casa y aparcamos, había dos coches que sabía que eran los de Adam y Mark. Llamamos al timbre y nos abrió Niall
-          ¡Sara! Que alegría verte- dijo mientras me abrazaba
-          Yo también me alegro de verte Nialler.
-          Hola Niall, Laura y yo también nos alegramos de verte- dijo Zayn mientras entraba con Laura
-          Cállate que a vosotros os vi ayer- dijo Niall sin soltarme aún del abrazo- pasar al salón- dijo cuándo me soltó y cerró la puerta. Entramos al salón y allí estaban Rebeca, Mark, Alison  y Adam a los que fui a abrazar directamente con una sonrisa
-          Te sienta genial el embarazo Alison, estas guapísima- dije mientras le acariciaba tripa
-          Gracias Sara, tú también estas muy guapa, por cierto ya sabemos que va a ser
-          ¿y?- pregunté ansiosa
-          Un niño- dijo sonriendo a Mark
-          Bien- di una palmada y extendí la mano hacia Rebeca- has perdido, mi dinero- Rebeca suspiró y me dio las veinte libras
-          El próximo embarazo acertare yo- dijo Rebeca resignada. Desde que Els se quedó embarazada, la primera del grupo, Rebeca y yo nos habíamos dedicado a hacer apuesta sobre de que sexo serían y de momento íbamos empates, ella había acertado el de Ian, yo el de Alison y Mark,  y el de Eleanor y Louis  había sido empate porque fueron mellizos, Zack y Hanna.
-          Y tu Adam, ¿has vuelto a cambiar de novia o todavía sigues con la que me presentarte la última vez?- dije mirándolo
-          Esa quedó muy atrás- suspiré, desde que Susie cortó con él tras llevar 3 años Adam se había vuelto un pica flor por decirlo de manera bonita. Lo sentía por él  por qué todavía no lo había superado pero supongo que  cada uno tenía una manera de exteriorizarlo. Llamaron al timbre.
-          Ya voy yo- le dijo Rebeca a Niall y al minuto entró al salón con Dani y Liam
-          ¡Liam!- grité y fui a abrazarlo. Por un momento olvidé que tenía veintiocho años para pasar a tener ocho- ¿qué tal esta mi ahijado favorito?- pregunté
-          Tan bien como su madrina- dijo Liam antes de darme un beso en la frente. Me acerqué a saludar a Dani también y luego todos nos pusimos a hablar. Al rato llegaron Louis y Eleanor. Solo faltaba una persona y cuando creía que ya no iba a presentarse como había hecho más de una vez el timbré sonó y todo mi cuerpo se tensó.
-          Hola a todos, siento llegar tarde- su voz estaba a mis espaldas y a pesar de haber pasado tanto tiempo, mi piel se seguía erizando como el primer día. Me acaricié los brazos para que no se notara y Laura me miró dándome fuerzas. Siempre en las cenas había un momento que la tensión se cortaba con un cuchillo y solo esperaba que esta vez fuera diferente.
Me giré como hicieron todos y nos saludamos con dos besos, esquivando las miradas. Llevaba sin mirar sus ojos desde hacía diez años. Suspiré. Me odiaba a mí misma por haber sentido tanto por él, que no me dejase avanzar y que la herida que parecía curarse se abriera de nuevo cada vez que veía sus rizos.
Todos nos sentamos a la mesa, me senté rápidamente con la esperanza de que no me tocará a Harry enfrente, pero él se sentó delante de mí, como si lo hiciera a posta. Respiré hondo, era lo suficientemente adulta para sobrellevar esto, o de eso me intentaba convencer, esto sería así siempre y por él no iba a dejar de llevarme con las personas más importantes de mi vida. Rebeca sirvió el primer plato, era una crema muy suave, todo el mundo conversaba, pero yo tenía la mente en otra parte, intenté concentrarme e incluirme en la conversación cuando noté dos ojos clavados en mí. Respiré e intenté ignorarle, pero resultaba imposible, su mirada me desconcertaba y hacia que mis piernas temblara, estaba nerviosa. Liam me miró y me sonrió.
-          Pues Sara se ha comprado una nueva casa en el centro,  yo la he visto y es realmente bonita y grande- dijo Liam. Se había dado cuenta.
-          ¿Sí? Pues la tendremos que inaugurar con una cena ¿no crees?- dijo Louis
-          Claro, estáis todos invitados, ya pensaremos día- esbocé una sonrisa
-          ¿incluido yo?- la voz de Harry retumbó por toda la sala. Era la primera vez que hablaba en toda la cena y a todos nos pilló de sorpresa. No sabía que responder, tenía que mirarle. Me giré y miré su boca, no quería mirar sus ojos.
-          He dicho todos…- todo el mundo estaba en silencio mirándonos, él me miró a los ojos y me fije en el color de ellos,  mi respiración se aceleró y aparté la vista rápidamente.
-          ¿incluido yo?- Volvió a preguntar. No sabía la respuesta que quería y tenía mucho calor
-          Si…- dije bajito, me fallaba la voz. Se creó un silencio sepulcral
-          Bueno voy a traer el segundo- dijo Rebeca rompiendo el hielo
-          Te ayudo- dije levantándome rápido. Tenía que salir de allí y deshacer el ambiente que se había quedado. Las dos entramos en la cocina y me apoyé en la encimera
-          ¿estás bien?- preguntó Rebeca
-          Si- tenía un nudo en la garganta. Cogí un vaso de agua y bebí un poco- vamos- le dije a Rebeca mientras le ayudaba con los platos. Cuando volvimos al comedor todo estaba más clamado y mantenían una conversación. El resto de la cena se puede decir que transcurrió tranquila, sentí todo el tiempo dos ojos clavados en mí y en mis movimientos, pero por lo demás conseguí reírme y todo.
-          Bueno chicos- dijo Niall levantándose cuando habíamos acabado el postre- Tenemos algo que anunciaros- este miró a Rebeca y ella se sonrojó- nos casamos- nos quedamos un segundo en silencio y luego fuimos a darles la enhorabuena. Alison estaba llorando de la alegría, serían las hormonas. Todos nos alegrábamos un motón. Con esto de evitar las miradas de Harry no me había fijado en el anillo que llevaba Rebeca en la mano, si lo hubiese hecho antes, no me hubiera pillado tan de sorpresa
-          Abramos una botella de champán para celebrarlo- dijo Louis contento y se fue a la bodega en busca de un champán. Tenía mucho calor y necesitaba tomar el aire. Me acerqué a Laura
-          Laura, salgo al jardín a tomar un momento el aire, enseguida vuelvo
-          ¿quieres que vaya contigo?- me preguntó preocupada
-          No hace falta, no tardaré mucho.
Cogí mi bolso y salí al jardín. Busqué en mi bolso mi cigarro de emergencia y lo encendí. Me apoyé en la barandilla de las escaleras que daban al inmenso jardín que tenían Niall y Rebe. El calor del verano se empezaba a notar. Todo estaba yendo tan rápido… la gente tenía su vida hecha y me alegraba por ellos, muchísimo, pero eso me ponía nerviosa y hacia que me desesperara
-          ¿desde cuándo fumas?- su voz. Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Él se acercó y se apoyó en la barandilla como yo mirando el jardín. Se hizo un silencio.
-          Solo de vez en cuando- dije sin mirarle. Observaba la luna. No era fumadora, ni estaba enganchada, pero en momentos así, no venía mal. Otro silencio se volvió a crear, pero no era incómodo.
-          Antes eras anti-tabaco- seguía sin mirarme, ni yo a él, pero sentía el calor que desprendía su cuerpo
-          Las cosas cambian- dije dándole una calada al cigarro. Estuvimos otro rato en silencio
-          Parecen felices ¿verdad?- era la primera vez que manteníamos una conversación desde el día que rompimos.
-          Si- dije acabándome el cigarro. Lo apagué contra la barandilla y lo tiré en una maceta
-          Tú y yo hubiésemos sido veinte veces más felices- un nudo se formó en mi garganta, no quería discutir y menos por lo que hubiésemos sido si las cosas hubiesen sido diferente. Me giré en dirección a la puerta. Harry me agarró del brazo- Sara no te vayas por favor- tenía ganas de llorar pero no quería que Harry me viera llorando, no quería que pensase que aún tenía sitio en mi corazón, no ahora. Hice amago de soltarme  y alejarme pero Harry me agarró más fuerte y tiró de mi- No pienso dejar que esta vez te vayas- yo cerré los ojos y el juntó su frente con la mía. Estuvimos así un rato y cuando me quise dar tenía la cara empapada de lágrimas- no llores pequeña- susurró Harry. Eso me hizo llorar aún más, hacía mucho que nadie me llamaba así. Agaché la cabeza y el me cogió de la barbilla y me hizo mirarle a los ojos. Esos preciosos ojos que había mirado tantas veces. Quería decir tantas cosas pero no era capaz de articular palabra. Me enjuagué las lágrimas.
-          ¿por qué no viniste al aeropuerto?- pregunté intentando calmarme- un solo quédate tuyo y lo hubiese mandado todo a paseo- no había apartado los ojos de él
-          Fui, pero no tuve el valor de entrar y no hay un día que no me arrepienta de haberte dejado marchar de mi vida, no hay un día que no te eche de menos, no hay un día en que no piense en tu sonrisa y en esos pequeños hoyuelos que se forman y no hay un día en que no piense que soy un monstruo por haber sido el culpable de borrarla de tu cara- hizo una pausa y me acarició la mejilla, yo me estremecí y cerré los ojos- no hay un día que piense en todos los momentos junto a ti, no hay un día en que no me acuerde del color de tu pelo y en el de tus ojos- volvió a hacer una pausa y junto su nariz con la mía- no hay un día que no haya dejado de quererte. Déjame entrar en tu vida de nuevo y te prometo que no te dejaré marchar nunca y que nunca te volveré a hacer daño- cerré los ojos. Estaba llorando de nuevo. Harry agarró mi cara con sus manos
-          Bésame-  susurré. Harry acercó su boca lentamente a la mía, sentía su respiración contra mi cara, me temblaban las piernas y mi corazón iba a mil por hora, hasta que Harry rompió la poca distancia que nos separaba. Nuestros labios se hicieron uno, sentía su calor y sus besos había vuelto a cerrar la herida que ellos mismos había abierto. Me separé de él- no te vayas nunca, si te vuelves a separar de mí no lo superaré nunca- dije acariciando sus rizos
-          Te prometo que nunca me separaré de ti- yo sonreí y él volvió a besarme- vayámonos- dijo tirando de mi
-          ¿a dónde?- pregunté con una sonrisa, nadie podría borrármela
-          Muy lejos, lejos de todo, recuperemos el tiempo perdido, llevamos diez años, ocho meses, dieciséis días  y- miró su reloj- 2 horas separados, tendremos que adelantar todo ese tiempo- yo rompí a carcajadas, estaba completamente enamorada de él, el único amor de mi vida. Él me miró y sonrió como hacía mucho que no lo hacía- echaba de menos tu risa- dijo agarrándome de la mano
-          Vámonos- dije tirándole del brazo- ¿avisamos a los demás?
-          No- dijo sonriendo- lo entenderán, seguro- yo me acerqué a él y le deposité un beso en los labios, él sonrió de nuevo me cogió en brazos y empezó a correr, en dirección al coche, sin rumbo fijo, a un lugar donde solo estuviéramos los dos, recuperando el tiempo que nunca debíamos haber perdido.

viernes, octubre 11

Laura (Capítulo 61)

En cuanto vimos despegar el avión de Sara salimos del aeropuerto, yo estaba llorando y Zayn me rodeaba los hombros con el brazo. Me puse todavía más triste al ver a Harry llorando en el banco de enfrente del aeropuerto, no se había despedido de Sara pero había venido aquí para verla irse... porque la quería. Yo estaba segura de ello, todos lo estábamos, pero ellos parecían no darse cuenta de lo fuerte que era su amor. No se habían visto capaces de superar la distancia, supongo. Me obligé a mi misma a dejar de pensar en ello porque yo no podía meterme en la vida de los demás y me iba a tocar echar demasiado de menos a Sara. Nos acercamos a Harry y Niall se sentó a su lado colocando su mano en la espalda de su amigo. Nadie dijo nada, hasta que Rebeca saltó con un tono triste y algo decepcionada:
- Mierda Harry, no podéis acabar así, ni si quiera te has... - Hizo una breve pausa porque notó como todos la miramos sorprendidos, incluído Harry que la miró con lágrimas todavía en sus ojos. - despedido de ella. - Terminó la frase con un tono más suave, supe que ella también la echaría mucho de menos.
- Anda, vámonos a casa... creo que ya hemos tenido demasiadas emociones por hoy. - Dijo Louis mientras agarraba a su chica de la mano. Asentí con la cabeza mientras me secaba las últimas lágrimas que quedaban en mi mejilla. Todos fueron montándose en diferentes taxis para irse a casa.
- Zayn... vente conmigo al apartamento, por favor.
- Por supuesto, ¿en algún momento se te ha pasado por la cabeza que voy a dejarte dormir sola? - Eso me hizo sonréir. Nos montamos en un taxi, en la calle ya estaba oscureciendo y Londres empezó a brillar como cada noche, mientras miraba sus calles por la ventanilla de mi coche me di cuenta de que ahora aquel sería mi ciudad, mi hogar. También me di cuenta de que ya no era tan genial como el primer día, faltaba algo... faltaba alguien... mi mejor amiga. Noté una lágrima bajar por mi mejilla de nuevo y intenté alejar esos pensamientos de mi mente. No hacía ni dos desde que se había subido a ese avión y ya necesitaba hablar con ella.
Zayn y yo llegamos al apartamento.
- Hoy cocino yo cariño, ¿qué te apetece cenar? - Me gritó desde la cocina mientras yo me ponía algo cómodo en mi habitación, al pasar por el pasillo vi la de Sara vacía y sentí otra punzada de tristeza en el estómago pero volví a evitarla y pensé en todo lo que tenía que contarle cuando recibiese su llamada esa noche.
- No hace falta que cocines Zayn, podemos pedir una pizza... me apetece, ¿a ti no? - Dije volviendo a la cocina y dándole un beso en los labios, sonrió y asintió. Saludé a Noa mientras Zayn encargaba las pizzas.
- Voy a ponerme cómodo yo también, ¿hay ropa mía en tu cuarto verdad?
- Sí, hay un pantalón de pijama tuyo en el cajón de mi armario... pero no hay ninguna camiseta creo.
- No importa. - Me respondió sonriente mientras se alejaba a mi habitación. Justo en ese momento sonó el teléfono. 'Saaaaaaaaaaaaaaaara!' pensé. Corrí a contestar:
- ¿Sí?
- Hola Laura, ya estoy en... casa. - Su voz sonó triste y pronunció la última palabra más apagada. Me dieron ganas de decirle que su casa ya no era allí, que su casa ahora estaba aquí. Pero no quise hacer que nos pusieramos más tristes. Tampoco le conté que Harry había ido al aeropuerto pero que no fue capaz de entrar, por la misma razón. La dejé hablar a ella, me contó que había estado la primera media hora del viaje llorando y el resto dormida. Que ni si quiera tenía ganas de cenar, le hice prometerme que comería algo al colgar. También le hice prometerme que me llamaría mínimo una vez a la semana y que nos veríamos mínimo una vez cada dos meses, o yo yendo a España o ella viniendo a Londres. Después le conté mi conversación con Zayn y como había conseguido que me quedara en Londres ella bromeó diciendo:
- Laura, no hubiese echo falta ninguna conversación con Zayn. Te hubieses quedado allí con él toda la vida con una simple mirada o sonrisa suya. - Las dos reímos, después hubo un silencio de unos segundos y ella añadió: Ahora me doy cuenta de que yo también me habría quedado con Harry toda la vida si en vez de largarse corriendo aquella noche me hubiese dicho que me quedara, o si hoy hubiese ido al aeropuerto... - No dije nada, me quedé callada. Después oí un suspiro y supe que estaba llorando en silencio.
- Sara... Harry te quiere, todos te queremos. Lo sabes perfectamente.
- Laura, creo que necesito descansar, ya te llamaré algún día de esta semana... ¿vale?
- Vale cielo, ¿me prometes que vas a estar bien?
- Lo intentaré.
- Te quiero Sara.
- Y yo, a tí y a todos... recuérdaselo a los demás, ¿vale?
- Ya lo saben, pero lo haré. - Oí un suspiro justo antes de colgar y me giré para mirar a Zayn. Estaba tumbado en el sofá sin camiseta y pasando canales de la televisión, me hizo sonreír porque él no se da cuenta pero es siempre demasiado sexy, y adorable y me dan ganas de abrazarle y besarle lo que me queda de vida. Entonces me dí cuenta de que es mi novio y puedo hacerlo si quiero. Me acerqué y me tumbé junto a él en el sofá, no había mucho espacio pero eso es lo mejor: que tenemos que estar muy apretados. Me rodeó la cintura con los brazos y dejó el mando sobre la mesa. Me abrazó fuerte y me juntó más a él. Sus piernas se entrelazaron con las mías y sus labios se pegaron a los míos, pero sin besarme. Me susurró sobre mi boca:
- Te quiero. - No respondí, solo lo besé. Tardamos poco en irnos a la cama, en busca de más espacio. Y me hizo olvidarme de los malos pensamientos y de la pena y de todo eso como solo él sabía hacer. Durante toda la noche.


Pasaron las semanas y los meses y la vida en Londres junto a Zayn y los demás se fue convirtiendo el rutina. Sara llamaba todos los viernes, algunos días nos juntabamos todo y hacíamos Skype, se notaba tensión entre Harry y ella, sobre todo los primeros días. Pero después empezaron a disimularla mejor. Los chicos trabajaban un montón y había veces que no los veía en varios días, se hacía bastante duro pero me juntaba con las chicas y o con mis compañeros de clase de la universidad. Me fui acostumbrando a ser la novia de una estrella musical y cada día era más feliz. Fuí unas cuantas veces a España, a visitar a mi familia y a mis amigos. Tres veces fui sola, pero otra Zayn vino conmigo y conoció a toda mi familia, fue bastante divertido hacer de traductora porque les costaba entenderse aunque Zayn cada vez sabe más palabras en castellano. Él también me llevó de viaje y a conocer a su familia. Los días iban pasando y las cosas empezaban a funcionar, sentía que mi futuro se iba formando. Sentía que había encontrado mi sitio, mi gente, mi vida de adulta y me gustaba. Trabajaba algunos fines de semana en la taquilla de un cine para ganar algo de dinero porque no me gustaba la idea de que Zayn pagara siempre mis viajes a España (encima, VIP). Me sentía feliz, y realizada y lo único que pedía para completar aquella vida perfecta y de en sueño era tener a Sara allí, pero algo dentro de mí me decía que eso iba a ocurrir, algún día... tarde o temprano.

domingo, septiembre 29

Sara (Capítulo 60)

Me dolían los ojos de llorar. Laura se había ido hace un rato y ya había empaquetado toda mi ropa, quedaba el resto de las cosas. Suspiré. Guardar todo no era tan sencillo como pensaba. Comencé a coger algunas de mis cosas del salón mientras Noa me seguía a los pies sin dejar de mirar todo lo que hacía. Cogí unos cuantos libros y vi una foto que teníamos Laura y yo de todos juntos, la habíamos enmarcado porque nos gustaba mucho. Me fijé en la cara de todos, todos teníamos una sonrisa dibujada en la cara. Me daba pena irme y no decirles nada a los chicos pero odiaba las despedidas, me parecían lo peor de este mundo. Volví a mirar la cara de todos, la sonrisa de todos, la de Harry… un nudo se formó en mi garganta, estábamos abrazados, me quedé un rato mirando cada detalle de la foto, cuando me di cuenta, tenía la cara empapada de lágrimas, dejé de mirar la foto y me la guardé, supongo que a Laura no le importaría que me la llevara, le dejaba el resto de fotos que no quería ni mirar porque sabía que había alguna mía y de Harry solos. Me limpié las lágrimas. Esto de empaquetarlo todo me estaba costando demasiado, no quería hacerlo sola pero no se me ocurría a quién llamar… cogí el teléfono y marqué. Esperé unos minutos, en lo que sonaron tres pitidos
-   ¿sí?- dijo al otro lado del teléfono
-    Hola Liam - sabía que mi voz sonaba apagada-  necesito que me eches una mano ¿te puedes pasar por mi apartamento?- Liam había notado que me pasaba algo porque se quedó un rato en silencio antes de contestarme
-   Claro, en dos minutos estoy allí, un beso- y tras decir eso colgó.
Necesitaba a alguien como Liam a mi lado, el me transmitía tranquilidad y en ese momento era lo único que necesita. No quise seguir perdiendo el tiempo y me puse a recoger alguna que otra cosa más hasta que llamaron al timbre y fui a abrir. Liam estaba a la puerta, me miro de arriba abajo y me abrazó, yo me puse a llorar en su hombro, olía tan bien, nunca me había fijado en ese detalle
-   Deja de llorar Sara-  me dijo Liam con una voz muy suave y  me acarició la cara. Ya sabía porque necesitaba a Liam, su instinto protector, su instinto paterno por llamarlo de alguna manera me hacía sentirme más segura y protegida.
Entró en casa y cerró la puerta tras de sí
-    no hace falta que digas nada, ya lo sé- debí de haberlo supuesto, pero no se me ocurrió y ahora que lo pensaba yo tampoco se lo había contado a las chicas, aunque se enterarían por sus respectivas parejas, no tenía ganas de llamar una por una para decirles lo mal que estaba y el motivo de porqué, no quería ir dando pena-  he comprado patatas que sé que eres más de salado- le sonreí como pude  y nos fuimos a sentar al sofá- dime que es eso con lo que te tenía que ayudar
-    a empaquetar todo- Liam me miró sorprendido
-   ¿cómo que a empaquetar? Si todavía no os vais  ¿o sí?- suspiré y cogí aire para contarlo todo
-    Yo me marcho esta tarde a las 7, no puedo estar ni un minuto más aquí… todo me recuerda a él- tragué saliva para no ponerme a llorar e intentar deshacer el nudo de mi garganta- me tendría  que ir en una semana como muy tarde a preparar todo lo de la universidad y si me voy hoy, allí por lo menos no estaré las veinticuatro horas del día pensando en lo mismo- Liam me miró muy serio
-    No puedo hacer nada porque te quedes aquí ¿verdad?- negué con la cabeza, él se acercó a mí y me abrazo. Estuvimos así un buen rato,  diez minutos o más en silencio, estaba a gusto y había perdido la cuenta- ¿los demás lo saben?- preguntó rompiendo el silencio
-   ¿qué me voy? No, solo Laura y Zayn que ha venido antes a buscarla- dije incorporándome
-    Deberías decírselo a los demás, supongo que lo que ha pasado entre tú y Harry… ya lo sabrán, pero que te vas es algo importante- al oír su nombre las lágrimas volvían a salir de mis ojos, estaba enfadada conmigo misma por ser tan sensible y tener tantas lagrimas guardadas
-    No me gustan las despedidas Liam , es lo más triste de este mundo y no sirven para nada, solo para recordar lo que uno ya sabe y hacer el momento más difícil de llevar- Liam me miró poco convencido- mi amistad con vosotros no va a cambiar Liam y lo mucho que os quiero tampoco porque no me despida
-    Está bien, no me quejaré que yo tendré el privilegio de poder hacerlo- intenté volver a sonreírle- pero prométeme que me llamaras un día todas las semanas, sin excepción alguna – le miré a los ojos, esos preciosos ojos marrones que estaban en las paredes de mi habitación
-  Te lo prometo Liam- y sonreí, sin intentos ni nada, lo hice.
Después de la charla nos pusimos a recoger lo que quedaba y Liam hizo algo de comer para los dos ya que Laura me mandó un mensaje que comía con Zayn. No sé qué tal le estaría yendo y la verdad espera que le fuese mejor que a mí. No tenía mucha hambre pero Liam me hizo comer. Sabía que en toda conversación intentaba evitar a Harry o algo que le relacionase con él e intentaba hacerme reír. Me entró sueño y al final acabé durmiéndome en sus brazos
-   Sara despierta, son las cuatro y media, tenemos que irnos ya, sabes que hay que estar dos horas antes- me despejé un poco, fui a lavarme la cara y me cambié de ropa para ir más cómoda. Laura aún no había llegado a casa y era la única persona de la que sí que me gustaría despedirme, bueno o darle un beso de “nos vemos en una semana” pero no aparecía y ya no podía estirar más el tiempo, Liam había cargado ya su coche con todas mis cosas y estaba abajo esperándome.
Cogí mi bolso y todo, miré por última vez el apartamento y eché una vista rápida, no paraban de llegarme recuerdos a la mente de todo lo que habíamos vivido allí, así que decidí marcharme rápido antes de llorar otra vez no sin antes despedirme de Noa. Se quedaría allí y cuando fuésemos a vivir a Madrid Laura y yo lo tendríamos allí en nuestro piso. Bajé rápido para no hacerle esperar mucho más a Liam y me monté en el coche.  Durante el camino me dediqué a mirar por la ventana el lugar que había sido mi hogar durante todo el verano y cuando me quise dar cuenta ya estábamos en el aeropuerto. Liam me ayudó a cargar las maletas, no sé cómo iba a poder yo sola con todas cuando llegase a España, eso me hizo recordar que no había avisado a mi familia, mierda, ahora tendríamos tiempo y les llamaría.
En cuanto entramos por la puerta una manada de fotógrafos comenzaron a disparar flashes, con tanta luz no sabía a donde ir, Liam me cogió de la mano como pudo con tanta maleta y me guio, yo solo seguía sus pasos hasta que llegamos a una sala.
-  ¿Dónde estamos?- pregunté a Liam
-  En una sala vip- dijo el dejando las maletas
-  Pero aquí no podemos estar,  mi billete no es de clase vip- repliqué
-   Ahora sí, te cambié el billete mientras dormías, quería asegurarme de que volvías a España de la mejor manera- le dediqué una mirada asesina, Liam me tendió el billete pero no se lo cogí- Sara cógelo, no tienes otro o vas en este o no te vas a España hoy- dude unos instantes y al final accedí
-   No tenías por qué haberlo hecho, ya tenía billete y no me iba a morir por no tener televisión- dije algo enfadada
-   Lo sé y sé que no te gusta la idea de que te haya comprado un billete cuando no había necesidad, pero quería que fueses en lo mejor ¿vale?- suspiré y acepté y él me dedicó una sonrisa- ¿Sabes que seremos la próxima portada de todas las revistas?- dijo cambiando de tema, yo me senté en uno de los sofás
-   Me lo imagino- dije
-   Tú y yo en el aeropuerto, solos, con maletas- Liam se rio- será gracioso ver que especulan- sonreí también al pensarlo aunque no estaba de humor. Estuvimos un rato más hablando del tema y decidí llamar a mi familia para decirles que volvía. No les importó que les avisara con tan poco tiempo, estaban contentos porque por fin me verían- ¿quieres algo de beber?- preguntó Liam cuando acabé de hablar por teléfono
-  Sí, pero ya voy yo- dije levantándome, quería salir de esa sala, me estaba agobiando un poco
-   Agua por favor- dijo él. Asentí y salí fuera de la sala. No parecía haber ningún fotógrafo por la zona así que compré las dos botellas de agua con tranquilidad. Volví a la sala y  Liam no estaba solo
-  ¿pensabas irte sin despedirte Sara?- dijo Rebeca. Allí estaban todos, todos menos Harry… miré a Liam, me la había jugado, él me sonrió a modo de excusa
-  Odio las despedidas- dije con la voz entrecortada a punto de llorar, definitivamente era una blanda, lloraba por cualquier cosa
-  Ven aquí anda- dijo Niall mientras se acercaba con los brazos abiertos, todos nos unimos en un abrazo común y luego me despedí uno por uno, ya no me quedaba casi tiempo
-  Ya sabes llámame mínimo una vez a la semana- dijo Liam mientras me abrazaba
-  Lo haré- y le di un beso en la mejilla
-  Dime que no perderemos el contacto- dijo Dani mientras me abraza fuerte, estaba llorando
-  No lo perderemos- dije mientras intentaba sonreír
-   Y que vendrás a Londres cuando necesites una tarde de compras- dijo Els mientras se me acercaba
-   O vosotras a España- dije mientras la abrazaba. Alguien me llamo a la espalda, era Alison
-   Como no vengas a verme iré a España y te traeré de los pelos- dijo entre sollozos
-    Yo también te quiero pelirroja
-   Que acaparadoras sois las mujeres- dijo Zayn mientras me agarra y me abrazaba- eres como mi hermana no lo olvides nunca- no podía hablar de lo mucho que estaba llorando, solo asentí con la cabeza y Zayn me dio un beso en la frente
-   Te debo tanto- dijo Niall mientras me abrazaba y me elevaba por los aires
-   Solo cuídamela- dije entre sollozos
-   Eso está hecho- me dio un beso en la mejilla- cuídate pequeña
-   Aquí empezó todo ¿te acuerdas?- dijo Mark
-   Gracias por todo Mark, te estaré eternamente agradecida- dije y le di un beso
-   Estas guapa hasta cuando lloras-  Adam me abrazó
-   Cuídate mucho Adam- seguía sin parar de llorar
-   Te conozco de poco tiempo pero sé que eres genial, si vuelves llámame- dijo Susie mientras me abrazaba
-    Lo mismo te digo Susie
-   Sigues igual de llorona que siempre eh- Rebeca me abrazó fuerte, cuando la miré ella también lloraba
-  ¿Rebeca llorando? Apuntar este día en el calendario- dije algo animada, todos rieron
-    Solo te digo que gracias por todo y que no te libras de mi tan fácilmente, son muchos años juntas
-   No quiero librarme de ti- le di un beso en la mejilla
-   Pero dejármela ya ¿no?- dijo Louis haciéndose el ofendido. Me cogió y me abrazó y me empezó a dar besos por la cara- cuídate mucho por favor- dijo serio- si no me tendrás en España a darte la caca- asentí entre lágrimas y le mire a los ojos preguntándole lo que de mi boca no salía. Él me abrazó de nuevo y me susurró al oído- dijo que vendría, lo siento pequeña- me abracé a su cuello y el me secó las lágrimas de la cara, me dibujó una sonrisa en la boca con su dedo y me dio otro beso en la frente. En ese momento Laura me cogió  y me abrazó llorando
-  Por último y no menos importante- le dije entre sollozos
-  Cuando llegues llámame tenemos mucho de qué hablar Sara- dijo preocupada
-   Tranquila sé que te quedas- Laura me miro extrañada- tu sonrisa te ha delatado- las dos nos sonreímos
-   Te quiero Sara- la cogí y la tiré una última vez de sus mofletes que tanto me gustaban
-   Y yo Laura- en ese rato Liam había llevado mis maletas a facturar, así que cogí mi bolso y me dirigí a la puerta, miré una última vez atrás y les dije adiós con la mano entre lágrimas, mientras cerraba la puerta y con ello cerraba una etapa de mi vida.
Miré por enésima vez a mis alrededores antes de pasar por la pasarela de embarque en busca de alguien que no aparecía, suspiré y me sequé una lágrima que quería escapar mientras entraba en la pasarela  y mi corazón quedaba roto para siempre.

jueves, septiembre 26

Laura (Capítulo 59)

Lo que sentí al oír aquellas palabras de Sara es casi indescriptible, me invadió un enorme sentimiento de tristeza. Sara y Harry juntos era de lo más perfecto que había en este mundo, y que aquello se acabara me rompía el corazón. Además al oír 'lo nuestro se ha acabado' no pude evitar pensar en todos porque lo que en realidad se acababa era aquel sueño. Se acababa nuestra relación con los chicos, aquel maravilloso verano en Londres y todos los buenos y felices momentos que habíamos pasado juntos. Tenía a Sara abrazada a mí llorando desconsoladamente y lloré con ella. Estuvimos un largo rato abrazadas llorando en el sofá hasta que nos quedamos dormidas, supongo, porque a la mañana siguiente me desperté tumbada en una punta del sofá con un dolor de cuello terrible, miré al otro lado y vi a Sara que seguía dormida aunque se le notaba algo intranquila y el cojín en el que estaba apoyada estaba lleno de lágrimas. Me levanté y preparé el desayuno mientras pensaba en lo duro que sería hablar con Zayn. La noche anterior le había despedido con un beso fugaz en los labios con las escusa de que tenía que ir en busca de Sara, en parte era por eso pero por otra parte algo dentro de mí evitaba una conversación seria con Zayn porque no creía poder soportar una ruptura con él. Pensé en mí desplomandome en el suelo igual que Sara la noche anterior y me di cuenta de que si las dos estábamos igual nadie sería capaz de animarnos... salvo los chicos, claro. El olor a tostadas y tortitas recién hechas despertó a Sara, que intentó darme los buenos días con una sonrisa pero no fue capaz. No quería volver a perderla como cuando ocurrió lo de Julia, no podía ver a Sara tan triste porque se me caía el alma a los pies.
- Sara, ¿quieres tortitas? No me quedan tan bien como a ti pero... lo he intentado. - Dije sonriendo y la miré esperando una sonrisa por su parte, en sus labios se dibujó media sonrisa triste y desganada y me dio un beso en la mejilla. Después susurro:
- Voy a ducharme Laura...
- Vale, después voy yo.
- ¿Has... has pedido mi billete para España?
- Sara... no quiero que te vayas así... no puedes irte ya sola.
- Laura, tú todavía tienes cosas pendientes aquí... e incluso oportunidades, yo ya no tengo... nada, necesito volver a España y centrarme en la universidad... de verdad. - Mientras decía esto sus ojos se llenaron de lágrimas y sin dejarme responder se metió en el baño. Desayuné y llamé a Zayn.
- ¿Sí?
- Hola Zayn.
- Hola preciosa, ¿qué tal?
- Bueno... la verdad es que esto es una mierda, Sara está fatal y yo no puedo soportar verla así y... te quiero y no me quiero alejar de ti. - No pude evitar soltar todo aquello, y noté lágrimas acariciando mis mejillas.
- Laura, tenemos que hablar... ¿quedamos dentro de dos horas? - Miré el reloj, eran solo las 10 de la mañana.
- Vale...
- Te paso a buscar entonces, hasta luego pequeña... te quiero.
- Hasta lue... - Zayn colgó antes de que pudiera despedirme, noté su voz algo alterada como si tuviera prisa. Justo en ese momento Sara salió del baño. La noté algo más relajada pero su mirada seguía estando apagada y triste. Le obligué a comerse una tostada aunque insistía en que no tenía hambre, recogí la cocina y me fui a la ducha, no podía dejar de pensar en Sara y Harry, en los demás, en Zayn y en todos y cada uno de los días que habíamos pasado allí. Recordé incluso mis buenos momentos con Mark, y en lo raro que resulta todo porque ahora Mark para mí es simplemente el chico de Ali, y se les ve tan felices.
Cuando salí de la ducha Sara estaba en la habitación guardando todas sus cosas en las maletas.
- Tía, ¿qué haces?
- Lo siento Laura, de verdad... mi vuelo sale hoy a las 7 de la tarde. - Aquello me hacía sentirme demasiado triste pero una parte de mí entendía a Sara, necesitaba irse y pensar... o dejar de pensar durante un tiempo. Habían sido demasiadas emociones juntas en tan poco tiempo y era normal que estuviera tan agobiada, lo único que pude hacer fue abrazarla. Le dije que había quedado con Zayn y me dijo que me fuera tranquila que ella se quedaba recogiendo sus cosas. Sonó el timbre de la puerta y fui a abrir, me encontré con Zayn enseñándome esa perfecta sonrisa suya que me regaló un beso dulce en los labios nada más abrir la puerta. Entro en el apartamento y se puso a hablar con Sara mientras yo terminaba de secarme el pelo. Les oí hablar de Harry, de lo mal que lo estaban pasando los dos, del vuelo de Sara y de lo mucho que se iban a echar de menos entre todos y después cuchichearon algo en bajito que no conseguí oír. Cuando terminé de prepararme Zayn y yo salimos del apartamento dejando a Sara sola con Noa y sus maletas.
- ¿A dónde vamos Zayn?
- ¿Te apetece ir a un parquecito tranquilo para que podamos hablar agusto? - Asentí con la cabeza y me rodeó los hombros con el brazo mientras me daba un suave beso en la frente. Cuando llegamos al parque nos sentamos en la hierba alejados de todo el mundo.
- Bueno... voy a empezar a hablar Laura... Verás, cuando ayer hablasteis de marcharos ya me sentí fatal. No me enfadé ni nada, solo me sentí triste y me dí cuenta de que no quería que te fueras, de que no quería vivir sin ti. Le he dado muchas vueltas durante toda la noche y me parecía un poco egoísta pedirte que te quedaras aquí por mí, yo tengo mi vida echa y no puedo pedirte que cambies todos tus planes. Pero esta mañana has dicho que no querías alejarte de mí, y me has hecho pensar en que en realidad no tienes planes Laura... lo de Sara es diferente porque tiene su plaza y todo eso pero...
- Pero yo puedo pedirla aquí.
- Eso es.
- Podría solicitar plaza en Londres, y... vivir aquí, contigo. ¿Eso quieres decir, Zayn?
- Exacto.
- ¿Crees que no lo había pensado ya? Sería tan perfecto...
- ¿Y qué te impide hacerlo?
- No lo sé, no quiero dejar tirada a Sara porque teníamos planes juntas, y tengo miedo a que luego no funcionen bien las cosas aquí en Londres... o yo que sé.
- Cariño, las cosas pueden salir igual de bien o igual de mal aquí o en Madrid, o en Rusia si te apetece.
- Eso es verdad. Supongo que podría venirme a vivir aquí.
- Conmigo.
- Contigo... - Sonreí y le besé. En ese momento me dí cuenta de que ese era el futuro que yo necesitaba, estudiar Criminología en Londres, conocer gente nueva, y al llegar a casa encontrarme con mi novio... Zayn Malik. Solo había un inconveniente en ese futuro tan perfecto y era el estar alejada de Sara, por lo menos el tiempo que durasen los estudios. No soportaría despedirme de ella.

domingo, septiembre 8

Sara (Capítulo 58)

Salí corriendo detrás de Harry. La cabeza me daba vueltas y la vista se me nublaba por la cantidad de lágrimas que salían de mis ojos. Le agarré del brazo y tiré para atrás. Harry me miró con la mirada rota y se giró y siguió andando hacia adelante. ¿Qué le pasaba?
-          ¡Harry!- grité su nombre. La gente que pasaba alrededor se quedó  mirando, pero me daba igual, quien tenía que mirar no lo había hecho. Salí corriendo otra vez detrás de él y esta vez me puse delante impidiéndole el paso- ¿Qué coño te pasa a ti?- pregunté enfadada, había dejado de llorar y por alguna razón que no llegaba a conocer me sentía en guerra con el mundo. Harry me miró a los ojos y respiró hondo.
-          Eso mismo podría preguntarte yo a ti- dijo lo más tranquilo posible. No lo entendía, no entendía que me quería decir, sabía a lo que se refería, pero ¿acaso él no se daba cuenta de que era una realidad el tener que marcharme?
-          A mí no me pasa nada- dije intentando sonar más calmada, todo lo contrario a como me encontraba realmente. Harry cerró los ojos y se tensó
-          ¿Qué no te pasa nada? Por favor Sara, te cogen en la universidad de Madrid y no me lo dices, decides volverte a España y no me lo dices, no me dices nada, ni si quiera me lo consultas a ver que me parece, entonces tú también decidirás sin consultarme lo que pasará entre nosotros ¿no? Yo soy un cero a la izquierda que no tiene ni voz ni voto- su tono había ido subiendo y había acabado gritándome cosa que había hecho que me enfadara aún más y que las palabras salieran sin pensar
-          Harry decidir volverme a España no es una cosa que quiera hacer, es una cosa que debo hacer, mi vida está allí igual que la tuya está aquí, no es una decisión que haya que consultar con nadie, quiero ir a la universidad y aun que, volverme sea la idea que menos me guste, es lo que tengo que hacer.
-          ¿y qué pasa con lo que quiero yo? Está claro que lo que yo opine y lo que yo quiera no vale para nada, tú te marchas por qué quieres y hay has dejado claro que es lo que sientes.
-          Yo no quiero irme, debo irme y eso no significa que deje claro lo que siento.
-          Sara, no lo entiendes, no has confiado en mí para consultarme algo tan importante para mí como es el marcharte, algo que creía importante para los dos. Si tú no confías en mí, ¿cómo voy a confiar yo en ti?
-          ¿me estás diciendo que no confías en mí?-  las lágrimas corrían por mis mejillas, ¿qué estaba pasando? ¿por qué me sentía tan pequeña? Harry agachó la cabeza.
-          Lo hacía, ahora no estoy seguro – sus palabras se estaban clavando en mi pecho como cuchillos afilados. Harry intentó agarrarme de la mano pero yo me eché para atrás. Él tenía los ojos vidriosos- Sara, sabes  lo que pasa si te vas- Estaba completamente rota, desolada, sentía que me pesaba todo y lo único que tenía en mente es que mi novio no confiaba en mí y que me estaba dando elegir entre él y mi futuro. La voz me fallaba, quería decir mil cosas pero no salía ninguna.
-          Harry… yo…- intenté dejar de llorar- me marcho a España - me di la vuelta y empecé a andar, sabía que Harry estaba enfadadísimo, nunca lo había visto así.
-          ¡Sara!- gritó Harry. Yo no me giré simplemente me paré y él se acercó a mi hasta que estuvo detrás de mí- si empiezas a andar en esa dirección lo nuestro habrá terminado- las lágrimas seguían saliendo por mis mejillas, me sentía mareada, todo era confuso, Harry no parecía él, yo no parecía yo misma. Miré al cielo, hacia una noche estupenda, ni Londres parecía Londres. No estaba segura de nada y a la vez estaba segura de todo. No podía estar con una persona que no confiaba en mí y de la que por tanto no podía confiar y no podía estar con una persona que me hacía elegir entre dos cosas importantísimas para mí, eso, aunque me doliera, era egoísta y no quería pensar que Harry fuese así aunque él era quien me había dado un ultimátum. Sentía un dolor muy grande en el pecho, respiré hondo intentando ignorarlo y comencé a andar dejando atrás a Harry
-          Adiós Harry- dije en un susurro que solo yo pude oír.
Caminé en dirección al apartamento, las piernas me pesaban y a cada paso que daba el dolor del pecho aumentaba, me dolía la cabeza y no podía parar de llorar. No sabía lo que acababa de pasar, bueno, si lo sabía, pero no quería decírmelo a mí misma.
Llegue al apartamento y abrí la puerta, al cerrarla tras de mi caí en el suelo desplomada, no quería levantarme
-          ¡SARA!- Gritó Laura que estaba en el salón y había visto mi entrada triunfal. Se acercó a mi preocupada- ¿Qué te pasa? ¿estás bien?- respiré. Seguía llorando. ¿Se podría estar toda una vida llorando?
-          Sí, no te preocupes- dije entre sollozos
-          No me digas que no me preocupe, cuando no paras de llorar y te desplomas al entrar en casa, tampoco me digas que no te pasa nada porque por nada no se llora y tampoco me digas que no ha sido Harry porque tampoco me lo creo- oír su nombre hizo que el dolor del pecho aumentará más
-          Pide mi billete de avión a España para mañana Laura, no quiero estar más aquí- Laura no entendía del todo lo que pasa, o esa era mi impresión. Daba igual, me daba vueltas todo, ahora ya todo daba igual.
-          Sara, ¿qué ha pasado?- dijo Laura abrazándome fuerte. Respiré hondo

-          Harry y yo hemos roto Laura, lo nuestro se ha acabado.

miércoles, agosto 28

Sara y Laura (Capítulo 57)


¡Hola lector@s! Por fin volvemos a estar por aquí, lo primero os debemos una graaaaan disculpa por todo este tiempo sin escribir. Han sido más de dos meses sin saber de vosotros, hemos estado ajetreadísisisisimas. Hoy escribimos las dos juntitas, porque por fin estamos juntas.
Vamos a contaros un poco por encima la razón de que no hayamos tenido tiempo para escribiros: Para empezar Laura ha estado "estudiando" y organizando su veranito. Y Sara también estuvo estudiando y después se fue un mes entero a Londres (de verdad y sin Laura) (aunque volveremos a ir las dos juntas algún día). Luego nos hemos venido al pueblo las dos, y aquí estamos. Os dejamos un capítulo escrito por la dos escrito con narrador externo. Volveremos pronto, un beso.

Sara y Laura abrieron la puerta del apartamento, las dos estaban en silencio y tenían la mirada perdida. Sin decir palabra se fueron a sus habitaciones y se cambiaron de ropa pensativas y volvieron al salón arrastrando los pies.
- ¿Te apetece cenar? - susurró Laura a Sara. Su amiga levanto la mirada hacia ella y negó con la cabeza. - Yo tampoco. 
Las dos suspiraron y se sentaron tristes en el sofá, se quedaron con la mirada perdida y sin hablar hasta que Sara dijo:
- Está bien Laura, esto no puede seguir así... tenemos que hablar de ello. 
- Tienes razón, el verano se acaba y necesitamos tomar decisiones Sara. - La dos chicas se miraron a los ojos aguantando las ganas de llorar porque ninguna de las dos quería despertar de aquel verano que se había convertido en un sueño. - Dentro de unas semanas empezamos la universidad y todavía ni hemos mirado si estamos o no aceptadas.
- Es lo primero que tenemos que hacer. - Sara se levanta del sofá y coge su portátil a la vez que Laura se sienta a su lado y las dos chicas miran con ojos nerviosos en la pantalla sus respectivos futuros. Las dos habían solicitado plaza en la  universidad de Madrid antes de realizar su viaje, ya que era un lugar intermedio entre sus respectivas ciudades y querían vivir juntas.
- Laura, mira tú mi solicitud por favor... - le dijo la chica castaña de pelo rizado a su amiga. 
- Sara... te han aceptado, tienes... plaza en Madrid. - responde la otra joven con voz temblorosa, con una mezcla de tristeza y alegría. Sara suspira sin decir nada, agacha la cabeza y esboza una triste sonrisa ya que no sabe como reaccionar ante la noticia. - Mira tú mi solicitud anda. - Vuelve a decir Laura entregándole el portátil a su amiga, ella lo coge y mira en la pantalla el futuro de la joven muchacha.
- Tía, estás en lista de espera para Madrid, no sabrás si te aceptan o no hasta dentro de unas semanas. - Sara deja el portátil mientras dice esas palabras, y vuelve a añadir: - Bueno, no te preocupes seguro que te aceptan en Criminología. 
Laura sonríe y suspira también, todo parecía muy pesado para las dos compañeras de piso. 
- Sara, no quiero irme a Madrid. No quiero irme de aquí. - Suelta de golpe. La chica que hay junto a ella la mira sorprendida por su reacción.
- Yo tampoco quiero irme, pero... no queda otra, el verano se acaba tía. Y nuestra vida no está aquí, esto solo ha sido un pequeño paréntesis increíble a nuestra vida rutinaria.
- El mejor verano de nuestra vida. - susurra Laura al oír las palabras de su amiga. Las dos chicas tienen lágrimas en los ojos pero intentan no llorar, no pueden permitirse derrumbarse porque tienen importantes decisiones que tomar. - Ahora llega lo más difícil de todo Laura, tenemos que hablar con los chicos.
- Laura, creo que esto no se puede estirar más... sabes perfectamente a lo que me refiero. Nuestro futuro no está con ellos, son famosos y tienen su vida arreglada aquí, la nuestra está arreglada en España. - Añade Sara con las lágrimas recorriendo sus mejillas. Laura la mira triste, también apunto de llorar y dice con voz entrecortada:
- Pero es que mi futuro no está tan arreglado como el tuyo... yo estoy en lista de espera y tu plaza en Fisio está ya asegurada. 
- ¿Y qué piensas hacer tía?
- ¿Y qué piensas hacer tú? - Las dos se quedan un rato mirándose mientras lloran y piensan seriamente en las respuestas de las preguntas que se acababan de realizar. Sara estaba pensando en los buenos momentos que había pasado con Harry y en lo feliz que era allí pero una parte de su mente le decía que lo correcto era acabar con aquello que tan feliz le había hecho antes de que marcharse le hiciese más daño del que ya le hacía, lo tenía claro... su futuro estaba en España y no al lado de Harry en Londres, por mucho que aquella idea le doliese en el alma. Mientras Laura pensaba en solicitar plaza en la universidad de Londres pero la idea de separarse de Sara le dolía tanto o más que la idea de separarse de Zayn. Las dos estaban echas un lío, demasiadas decisiones que tomar y poco tiempo. Justo en ese momento sonó el teléfono y Laura se seca las lágrimas mientras se levanta a cogerlo.
- ¿Sí? - responde Laura con voz apagada.
- ¡AAAAAAAAAAAAAAAHHHH! - se oye al otro lado del teléfono. Laura pega un brinco y la chica del sofá la mira asustada. - ¡Chicas! tengo una sorpresa. Adivina quién da un concierto dentro de una semana aquí en Londres... 
- ¿Quién? - pregunta Laura intrigada al reconocer que la voz del otro lado del teléfono es la de Alison.
- ¡ED SHEERAN! 
- ¡Aaaaaaaay! - Laura se emociona por un momento olvidando las penas y Sara se levanta del sofá acercándose a ella curiosa, le susurra que ponga el altavoz del teléfono porque quiere enterarse de la conversación.
- Hola. - Dice.
- ¡Hola Sara! Tenemos que ir al concierto de Ed chicas, ¡tenemos que ir! 
- ¿Y dónde compramos las entradas? 
- Se pueden comprar por internet.
- ¡Pues genial! ¿Los chicos saben algo? - le pregunta Sara a Alison.
- No, al enterarme os he llamado a vosotras directamente porque sé que os encanta y os haría mucha ilusión. Aunque yo no creo que pueda ir porque ando justa de dinero. - Las dos chicas se miran complices y una de ellas exclama:
- Bueno, no te preocupes.. ya buscaremos una solución. Ahora toca descansar, buenas noches Ali.
- Buenas noches chicas, hasta mañana. - Cuelgan el teléfono y se vuelven al sofá.
- ¿Has pensado lo mismo que yo, verdad? - Dice Sara algo más animada que hace un rato. Laura sonríe y asiente.
-¿Cúando venía Rebeca?- preguntó Laura. 
- Dos días antes del concierto de Ed.
- ¡Perfecto entonces!- dijo Sara.
Las dos chicas volvieron a coger el portatil para comprar las catorce entradas. Hicieron los tramites necesarios y se fueron a sus respectivas camas algo más animadas.
Los siguientes días hasta la vuelta de Rebeca y Niall se les pasaron volando, intentaron no pensar demasiado en lo que habían hablado aquella noche y se distrayeron comprando regalos para sus familias y amigos de España. De todas formas, aunque intentasen no pensar en ello era una realidad que cada vez estaba más cerca.
El día en que Rebeca volvió a pisar Londres las siete chicas quedaron en casa de Danielle. Cuando ya están todas reunidas y ya han saludado a la recién llegado, Sara dice:
- Bueno Rebe, cuéntanos qué tal ha ido el viaje... no te hagas de rogar más. - Todas ríen y miran a la chica que se sonroja y empieza a hablar:
- Todo ha sido genial. Hemos hecho un montón de cosas, me ha llevado a hacer vela, piragüismo, hemos buceado con tiburones, y delfínes, hemos comido comidas exóticas y he tomado mucho el sol, me ha tratado como a una princesa... nunca había sido tan feliz.
- Sí, todo precioso... pero... ¿qué ha pasado por las noches? - Todas se ríen ante la pregunta de Laura y a Rebeca se le subieron los colores, se puso nerviosa y sonriendo dijo:
- Fue perfecto... - Y el resto de chicas que se encontraban en aquel piso exclamaron a unísolo un 'ooooooh' que hizo que los colores de Rebeca subieran aún más, si es que eso era posible. Después de pasar un rato charlando todas juntas llegó la hora de irse, al despedirse Sara dijo:
- Ah chicas, ¿quedamos todos juntos pasado mañana para cenar? Os invitamos Laura y yo. - Las dos chicas se miraron con una mirada cómplice, a las demás les pareció buena idea el plan y todas se fueron para sus casas. 
Sara y Laura organizaron todo respecto a ese día, ya tenían las entradas de todos y habían avisado a los chicos de la cena que habían organizado. Esto les servía para no pensar tanto tiempo en su marcha.

- ¡Laura! ¿Estás lista? ¡Venga tía, al final llegamos tarde!
- Voy, voy, voy, ¿has cogido las entradas?
- Sí, ya lo tengo todo, ¡nos están esperando! - Las chicas bajan del apartamento y cogen un taxi que les lleva a la plaza dónde habían quedado con el resto. Al llegar ya estaban todos allí, les saludaron. Tímidamente saludaron a sus respectivos novios, desde la conversación que mantuvieron sobre su futuro aquella noche las chicas no habían estado igual con ellos, estaban más secas y más distantes.
- ¿Y dónde vamos a cenar chicas? - pregunta Adam dirigiéndose a las dos jóvenes que habían organizado aquel encuentro. Las dos sonríen y Laura dice:
- En realidad no vamos a cenar, ¡tenemos una sorpresa! - El resto la mira intrigados, menos Sara que sonríe ampliamente. - ¡NOS VAMOS AL CONCIERTO DE ED! Hemos comprado las entradas para todos - Alison pega un gritito y se tira en brazos de las chicas exclamando: gracias, gracias, gracias, gracias... Los demás ríen y todos agradecen el detalle de las dos españolas. Todos empiezan a caminar hacía el lugar del concierto que nos les quedaba demasiado lejos. Harry y Zayn se acercan a las chicas para darle las gracias especiales, les abrazaron por detrás y las chicas no pudieron evitar ponerse tensas. Estuvieron un rato andando en esa posición pero se separon en seguida con una escusa barata, los chicos se miraron extrañados:
- Tío, ¿qué les pasa? ¿No las notas muy raras últimamente? - dijo Zayn.
- Si tío, no sé que les pasará. - Siguieron andando hasta llegar al recinto dónde se celebraba el concierto. Laura sacó las entradas y entraron, antes de que empezara decidieron comer algo en un puesto de pizzas que había dentro del recinto. 
- Después del concierto podríamos ir a saludarle. - Dijo Louis, y de repente la música empezó a sonar y todos disfrutaron del concierto de Ed, con su bonita voz y sus increíbles canciones. 
Al terminar el concierto se acercaron al backstage y evidentemente el guardia les dejó pasar. Llamaron a la puerta del cameriro y pasaron sorprendiendo al joven pelirrojo que estaba sentado en un sillón. Todos le saludaron con un abrazo gritando su nombre, menos Alison, Susie, Rebeca, Sara y Laura que se quedaron tímidas en la puerta.
- Ed, te presentamos a nuestras chicas... aunque seguro que ya has oído hablar de ellas. - Dice Harry sonriente, Ed se acerca a los cinco jóvenes que hay en la puerta y sonríe. - Esta es Alison, novia de Mark. - Alison se acercó a darle dos besos nerviosa como un flan y Ed sonríe porque Alison lo abraza fuerte y dice:
- Pelirroja tenías que ser, me caes bien. - Todos se ríen y Harry continúa con las presentaciones:
- Esta es Susie, la novia de Adam. - La chica se acercó al joven y le saludó tímida, él dijo: 'encanto' con una sonrisa. - Esta es Rebeca, la novia de Niall, una de las tres españolas. 
- Por fin Niall ha encontrado a su princesita. - Comenta Ed al darle dos besos a la chica, que se sonroja. Todos sonríen ante el comentario de Ed sobre Rebeca, Niall se sonroja también, incluso más que la chica. 
- Esta... es Laura, la novia de Zayn. - Dice Harry, a Laura se le forma un nudo en el estómago y le entran ganas de llorar mientras le da dos besos al joven.
- ¿También española, verdad? Tíos, os ha dado fuerte con las españolas eh. - Dice Ed muy sonriente, las chicas también sonríen. - ¿Y esta última es la tuya no Harry? - Sara sonríe tristemente y asiente con un nudo en la garganta casi sin poder hablar. Harry se acerca a su novia y la rodea con el brazo, ella tiene que contener sus ganas de echarse a llorar y mira a Laura con desesperación. 
Estuvieron un rato charlando con Ed, se lo pasaron muy bien pero decidieron irse a dar un paseo y dejar al joven pelirrojo que descansara. Al salir del recinto Liam empezó a hablar:
- Gracias por el concierto eh chicas, ha estado bien... pero oye, ¿por qué nos habéis invitado? - Las dos se miran porque saben la conversación que les espera.
- Chicos, simplemente queríamos agradeceros todo lo que habéis hecho por nosotros durante este verano aquí, queríamos agradeceros los increíbles momentos que hemos pasado aquí con vosotros... - Antes de que Sara pueda terminar de hablar Louis la interrumpe:
- Eh, eh, eh, esto parece una despedida.. y no me gusta nada. - Laura y Sara agachan la cabeza.
- Es que... es un regalo de despedida, pronto nos tocará volver a España. - Todos se miran sorprendidos y entristecidos ante las palabras de Laura.
- Ha sido incríeble, pero por desgracia esto no puede durar para siempre... - Sara suspira y añade con lágrimas en los ojos apunto de desplazarse por sus mejillas: - Además me han aceptado en la universidad de Madrid... mi sitio está allí... - Sara mira a Laura y la ve sollozando y no puede evitar echarse a llorar también, algunos la felicitan con tristeza, otros no son capaces de reaccionar y Harry sin decir palabra se gira y se marcha haciendo que los presentes se sorprendan aún más. Sara mira a Laura desesperada y ella le hace un gesto con la cabeza para que salga detrás de él, la chica no se lo piensa dos veces y sale corriendo detrás de su novio dejando al resto atrás. 

jueves, junio 6

Laura (Capítulo 56)

Los días siguientes fueron bastante tranquilos. Nos pasábamos las mañanas durmiendo muchísimo mientras los chicos trabajaban, Sara me contó todo lo que había hecho en París, una tarde nos dió por limpiar todo el apartamento de arriba abajo y quedabamos con las chicas para tomar algún que otro café. Tres días después de que Sara volviese de París, aquella noche decidimos mirar nuestras redes sociales, e cotillear por internet lo que se decía de nosotras. Era increíble, había millones de fotos que no sabíamos que podrían haber sacado, un montón de cosas sobre nosotras. Nos sentíamos intimidadas, e incluso con miedo. ¿Nosotras famosas? Imposible, aquello era demasiado flipante. Mientras veíamos noticias sobre nosotras, y tweets de millones de fans de los chicos de todas partes, algunas ilusionadas por nosotras, sobre todo las fans españolas y otras insultándonos sonó el teléfono. Me levanté corriendo a por él.
- ¿Sí?
- Laura...
- ¡Hola Harry! - miré a Sara y ví como aparecía una sonrisa en su rostro al oír el nombre de su chico.
- Tenemos plan para mañana, ¡un picnik! Nosotros lo organizamos... ¿te apetece?
- ¡Pues claro! - grité emocionada.
- Genial, y ahora.. ¿me pasas a tu sexy compañera de piso? - me eché a reír.
- Sí, señor. - dije pasándole el teléfono a Sara todavía riendo. Me senté en el sofá mirando más cosas en internet mientras ella hablaba por teléfono, cuando terminó me lo pasó a mí sonriéndo.
- Zayn. - dijo. Cogí el teléfono.
- ¿Sí?
- Hola preciosa. - Su voz me hacía sentir genial.
- Hola guapo, ¿qué tal?
- Feliz. - Sonreí al oírle decir eso, ¿se puede ser más perfecto?
- ¡Mañana nos vamos de picnik! - chillé emocionada, él se rió desde el otro lado del teléfono.
- Sí, os va a gustar mucho el sitio, al principio íbamos allí algunos días libres a cantar los cinco solos. Es una finca privada de la familia de Liam asique nadie molesta y se está genial...
- ¡Qué guay! Nunca he estado de picnik...
- Bueno pues perfecto porque este verano es el verano de la primeras veces. - Me quedé pensando un momento en lo que me había dicho, no podría tener más razón.
- ¡Siiiiiiii!
- Bueno pequeña, tenemos que llamar a El, Dani y Ali para avisarles del plan.
- ¿Y a los chicos?
- Los chicos estamos aquí, todos juntos.
- ¿Fiesta de pijamas masculina? - dije riendo, Zayn también se rió.
- Algo así...
- Buenas noches Zayn.
- Buenas noches, que duermas bien. Mañana iremos a desayunar por la mañana, ¿vale?
- Perfecto, te quiero... mucho.
- Yo también te quiero mucho.
Colgué el teléfono al terminar mi conversación con Zayn con una enorme sonrisa en la cara. Miré a Sara y me dijo:
- ¡Qué nos vamos de picnik! - me eché a reír y me tumbé a su lado en el sofá. Apagué el portátil.
- Vamos a dejar de mirar internet, que da miedo... - dije. Ella asintió y decidimos ver una película e irnos a dormir.
A la mañana siguiente el timbre me despertó, me levanté zombie aún estirándome y abrí la puerta. Me encontré a Harry y Zayn con una sonrisa en la puerta.
- Hola.. - dije bostezando.
- Ay que joderse, hasta recién levantada estás preciosa eh. - Dijo Zayn dándome un beso en los labios. Sonreí. Harry se rió mientras entraba y cerraba la puerta. Salió justo en ese momento del baño, también con cara de dormida y bostezando.
- Estáis muy graciosas recién despertaditas eh. - Dijo Harry dándole un beso. Nos sentamos a desayunar y después Sara y yo nos vestimos, shorts, converse, y camiseta. Para estar cómodas.
Bajamos a la calle y nos montamos en un taxi, Zayn se sentó delante y yo detrás suyo con Noa en brazos a mi lado iba Sara y a su lado Harry.
- Hay media hora de viaje. - Dijo Harry.
- Creo que tardaremos menos, hay poco tráfico hoy. - Comentó el taxista. Me apoyé mirando por la ventanilla, miré Londres y me di cuenta de que hacía un día bonito, perfecto para ir de picnik.
- ¿Y los demás? - preguntó Sara.
- Ya estarán yendo, o posiblemente ya estén allí... - contestó Zayn desde el asiento delatero. Justo en ese momento en la radio empezó a sonar One Thing, miré a Sara y sonreí. Ella le miró a Harry que también sonreía.
- A mi hija le encanta esta canción, le gustan los chicos estos que la cantan... - Dijo el taxista, era un hombre muy agradable, y hablador, era calvo y delgado y sonreía mucho pero por lo visto no era muy espabilado o no prestaba demasiada atención a su hija. No pude evitar echarme a reír cómo una loca, y Sara también y todavía reímos más cuando Zayn dijo:
- ¿Sí? Yo no la había oído nunca. - El taxista sonrió y después al ver que Sara y yo no parábamos de reír, quedó sorpredido.
- ¿Y de qué se ríen tanto las jovencitas? - dijo. Quise contestarle pero no pude parar de reír, Sara empezó a tranquilizarse poco a poco.
- Señor, ¿alguna vez ha visto a los chicos esos que tanto le gustan a su hija? - Le preguntó Sara aún riendo un poco. Harry soltó una carcajada.
- Sí, una vez salieron en la tele y se volvió loca... son todos así muy guapetes... ¿a vosotras también os gustan o qué? - respondió.
- Muchísimo. Son todos muy muy guapos, sobre todo estos dos... - Dije yo, intentando que el pobre hombre empezara a entender lo que pasaba.
- Ooooh, no me digais que vosotros... ay por dios... - El taxista empezó a reírse también, todos empezamos a reír. - Veréis cuando se lo cuente a mi hija, va a alucinar... me tendré que sacar una foto con vosotros o algo.
- Claro señor. - Contestó Zayn sonriéndole. Empezamos a alejarnos de la ciudad, y poco después salimos a una carretera más vieja, y por la que parecía que no fueran muchos coches, aquello estaba apartado de todo.
- Puede pararnos aquí mismo. - Dijo Zayn al taxista, el hombre asintió y aparcó el coche en una esquina. Salimos y nos sacamos una foto con el móvil del taxista los cinco juntos y Noa.
- Encantado de haberos conocido eh, a mi hija le va a encantar. - Dijo riendo, después de coger el dinero que le daba Harry y se montó en el coche. Antes de que arrancara Harry se acercó a la ventanilla y le dijo algo al hombre, el asintió.
- ¿Qué le has dicho? - preguntó Zayn.
- Que venga a recogernos a las ocho.
- Genial. - Zayn me agarró de la mano y Sara a Harry y empezamos a andar por un pequeño caminito, después a lo lejos vimos a los demás. Estaban sentados en el suelo encima de unas mantas de cuadros, me recordó a los picnik de las películas y sonreí. Saludé a todos.
- Jo, faltan Rebe y Niall. - Dijo Sara.
- Oh, creéme, se lo estarán pasando mejor que nosotros... - Dijo Lou giñando un ojo. Solté una carcaja y me senté.
- Luego les llamamos, ¿vale? - propuso Danielle, asentí. A todos nos pareció buena idea.
Empezaron a sacar comida de bolsas y cestas, había de todo.
- Dios mío... que de comida. - Dije.
- A Niall le encantaría estar aquí. - Dijo Harry. Todos rieron. - Vamos a sacar una foto para instagram anda.
Harry sacó una foto a toda la comida, y después empezamos a picar, entre risas, historias, anécdotas, besos y más risas. Era como si todos nosotros fuéramos amigos de toda la vida, los chicos de One Direction, El, Dani, Alison, Mark, Adam e incluso Susie que solo había estado con nosotros unas cuatro veces. Eramos ya casi cómo una familia y me sentía muy feliz. Comimos un montón, después jugamos también a las cartas, cantamos un rato... bueno, más bien cantaron un rato, y jugamos incluso a juegos con pistolas de agua, persiguiéndonos por aquella enorme campa. Corrimos detrás de Noa que llevaba toda la tarde corriendo por ahí a su aire, y le tiramos la pelota para que fuera a por ella. Después llamamos a Niall y Rebe, estaban disfrutando del solecito y la playa, nos contaron que habían sacado un millón de fotos y que todo era perfecto.
- Rebe, ¿nos tendrás muchas cosas que contar no? - Le preguntó Sara en mitad de la conversación, todos reímos.
- Sí, ya haremos una tarde de chicas.. - Contestó ella también riendo. Después de charlar un poquito con ellos y contarles que les echabamos de menos y que estabamos de picnik colgamos y seguimos haciendo el tonto y riendo todos juntos.
La tarde se pasó volando, y me lo pasé genial. Disfruté tanto que casi ni me enteré, poco antes de las siete de la tarde empezamos a recogerlo todo. Los primeros en irse fueron Adam y Susie que iban a cenar con sus padres, después poco a poco se fueron yendo los demás, al final solo quedabamos Harry, Zayn, Sara, Noa y yo que volvimos a hacer el pequeño caminito para esperar a nuestro amable taxista. Sara cogió a Noa en brazos:
- ¿Te lo has pasado bien verdad pequeño? - Le dijo, el cachorrito ladró y no pude evitar sonreir. Empezaba a refrescar y mientras me frotaba de frío y me adorable novio me prestaba su sudadera con un beso de regalo para que no tuviese frío me di cuenta de que el verano estaba llegando a su fin, que tocaría volver a casa y empezar un nuevo curso y la universidad, que pronto tedríamos que alejarnos de Londres, y... de los chicos. Se me encogió el corazón de repente.
- Laura, ¿estás bien? - Me preguntó Sara, asentí intentado sonréir, ella no dijo nada más. No sé si sabría lo que estaba pensando, es posible que sí, pero estaba claro que sabía que no me apetecía hablar del tema. De hecho, llevábamos demasiado tiempo intentando no hablar de ello, habíamos pasado el verano sin decidir que pasaría después. Y llegó el taxi, y esta vez Harry se sentó delante a hablar con el taxista, yo me senté y apoyé la cabeza en el hombro de mi novio mientras Noa jugaba con Sara a mi lado. Estuve todo el camino sin decir ni una palabra, con la escusa de que estaba cansada, pero no podía de darle vueltas a todo, no podía dejar de pensar en todo lo que suponía que el verano terminase y el olor de la sudadera de Zayn hacía que se me hiciese más difícil todavía aguantar las ganas de llorar, porque cada día allí en Londres era más perfecto y no quería que eso se desvaneciese. Más tarde me daría cuenta de que no era la única que lo pensaba.

Nuestros lectores: