lunes, marzo 18

Laura (Capítulo 50)


Después del helado me sentía agotada, estábamos aprovechando del verano al máximo y cada día me cansaba más. Nos despedimos de los chicos y nos fuimos a nuestro apartamento a dormir, ellos se fueron también porque les tocaba madrugar al día siguiente. Al llegar a casa mientras nos poníamos el pijama y nos metíamos en la cama Sara y yo tuvimos una charla de las nuestras que nos sirven para animarnos.
- ¡Sara! ¡Qué te  vas a París pasado mañana!
- ¡Ay calla! Que nervios... - me hizo reír. Ví en su cara su alegría y sus ganas de irse, la notaba nerviosa y emocionada.
- Siempre has querido ir a París... - asintió con su preciosa sonrisa en la cara. Me acerqué más a ella. - ¡Vas a ir a París con Harry Styles! ¡Tú novio!
- ¡Aaaaaah! - gritó mientras daba un salto encima de la cama y se quedaba tumbada mirando al cielo. - Que feliz soy tía...
- Y yo Sara, y yo... - justo en ese momento Noa entro por la puerta de nuestra habitación e intentó subirse a la cama con nosotras, nos reímos del pobre cachorrito que no lograba saltar y después lo cogí en brazos y lo coloqué junto a nosotras.
- Es hora de dormir... estoy muy cansada.
- Sí, encima mañana tendremos que ir a comprarte  cosas para estar preciosa en París.
- Cierto, y debería llamar a mi madre para informarle de que no estaré en el apartamento en todo el fin de semana...
- ¿Le vas a contar qué te vas a París, la ciudad del amor, con tu novio famoso? - las dos nos echamos a reír, no estabamos muy seguras de que nuestras madres estuvieran muy de acuerdo con algo así. Me levanté de la cama de Sara y llevé a Noa a su camita, después me metí en la mía y justo antes de apagar la luz para dormir grité:
- Buenas noches Londres, ¡todo esto es increíble! - oí las risitas de Sara y algún pequeño ladrido de Noa. Me dormí, y dormí mucho... demasiado quizás porque cuando me desperté casi era mediodía y Sara estaba en la cocina vestida con un chandal.
- ¿Vas a la calle? - le pregunte todavía sin poder abrir mis ojos del todo al entrar en la cocina.
- Acabado de llegar, no quería despertarte... he ido a pasear a Noa y he comprado cosas para desayunar.
- Oh... tendrías que haberme despertado, he dormido demasiado.
- No pasa nada. - Cogí un bollo de encima de la mesa y me acerqué a darle los buenos días a Noa. El pequeño cachorrito estaba jugando con uno de sus juguetes en la terraza, al verme se acercó a mi moviendo la colita. Es increíble lo rápido que nos había cogido cariño, igual que todos nosotros a él.
- ¡Voy a ducharme! - me gritó Sara desde la cocina.
- Vale, recojo yo todo esto - dije volviendo a entrar en la cocina y señalando la mesa llena de cosas. Bebí un trago de zumo natural de naranja para bajar el bollo, limpié la cocina y ordené mi habitación, justo cuando Sara salió de la ducha y pensaba meterme yo sonó el teléfono y corrí a buscarlo.
- ¿Sí?
- ¡Holaaaaaa! ¿Habrá qué ir de compritas para la del viaje a París no? Tiene que dejar a Harry con la boca abierta... - Era Eleanor, con un gran entusiasmo.
- Sí, eso mismo pienso yo...
- ¿Entonces una tarde de chicas de compras?
- Genial.
- Pues llamo ahora mismo a Dani y a Rebe y Ali...
- Oye... ¿y si invitamos a Susie?
- ¡Buena idea! Llamaré a Adam a ver que le parece, a ella le encantará nuestra tarde de chicas. - reí.
- ¿Entonces te encargas tú de llamar a todas?
- Sí tranquila, a las 5 en la cafetería del centro comercial.
- ¡Vale!
- Hasta luego chica de Zayn. - colgó sin darme tiempo a decir nada más, me hizo gracia su despedida. Le informé a Sara de nuestros planes para esa tarde y me metí en la ducha. Mientras me duchaba oí a Sara cantar con la música a tope, evidentemente había puesto a los chicos a todo volumen. Pensé en lo que antes causa en mí escucharles cantar, y ahora causaba algo completamente diferente... todavía más intenso, porque eran mis amigos, mis grandes amigos y uno de ellos era mi novio, el mejor novio del mundo. Al salir de la ducha me puse unos shorts vaqueros, una camiseta de Los Ramones roja y mis converse blancas. Me hice un moño y me maquillé un poquito. Sara iba con una mini falda vaquera y una blusa azul con unas sandalias del mismo color, y se dejó su larga melena suelta.
- ¿Qué hacemos para comer? - le pregunté mirando el reloj. - Son ya las 3... ¡madre mía!
- ¿Y si comemos en el restaurante chino de ahí abajo? Así vamos directamente al centro comercial... - propuso Sara.
- Me parece bien. - dije mientras cogía la correa de Noa y se la colocaba. Sara y yo bajamos al restaurante y justo cuando estábamos apunto de entrar vimos a Harry y Zayn acercarse a nuestro apartamento, les chillamos desde la puerta del chino.
- ¡Ey! ¿Qué hacéis aquí? - nos saludó Zayn mientras me daba un suave beso en los labios. Harry hizo lo mismo con Sara y después los dos se agacharon a saludar a Noa.
- Pensabamos comer aquí, luego hemos quedado con las chicas en el centro comercial.
- Ah sí, tarde de chicas... nos lo ha contado Rebeca que ha ido a buscar a Niall al estudio.
- ¿Podemos comer con vosotras? - preguntó Harry con carita de pena. No pude evitar reír, y Sara no pudo evitar asentir dándole un beso, sabía perfectamente que no podía resistirse a esa cara. Ninguna chica de este planeta podría. Entramos los cuatro, con Noa, en el restaurante y pedimos algo rápido para que nos diese tiempo a llegar a las 5 al centro comercial. Disfrutamos mucho de la comida, y el tiempo voló. Antes de que pudiera darme cuenta era las 4 y pico, me sentía inchada y no podía parar de reírme.
- ¿Entonces nos abandonáis esta tarde? - dijo Harry cuando estábamos terminando de comer.
- Por dios Harry, te llevas a Sara para tí solita todo el fin de semana... - le dije riéndo. Harry me miró sonriente.
- Es verdad, tienes razón... pero bueno, vosotros dos también podéis estar solitos en el apartamento. - nos dijo giñándo un ojo. Miré a Zayn y él me sonrió.
- Bueno, ¿y Noa qué? - dije sin parar de reír.
- ¿Entonces me dejas mudarme contigo y con Noa el fin de semana a vuestro apartamento? - me preguntó Zayn mientras Sara pedía la cuenta.
- Hombre, pues claro.. ¿no pensarías dejarnos solitos no? - dije haciendo pucheros.
- No sería capaz - contestó y me dió un suave beso en los labios. Los chicos no nos permitieron pagar, como dos caballeros nos invitaron a la comida y después nos acompañaron dando un paseo hasta el centro comercial. Sara y Harry iban adelantados paseando a Noa, yo y Zayn íbamos algo más atrás dados de la mano y charlando.
- Siento no llevarte yo también a París.
- Zayn, no necesito que me lleves a París... estabamos en Londres, juntos. ¿Te das cuenta de que eso para mí ya es más de lo que había deseado nunca? - no respondió, simplemente me besó intensamente agarrándome de la cintura. Cuando llegamos al centro comercial me dió otro besó y para despedirse me susurró al oído: te quiero pequeña. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y me acerqué a Sara para ir juntas a la cafetería.
- ¡Nos vemos mañana en el aeropuerto! - gritó Harry antes de que entraramos. Sara le sonrió. Miré el reloj al entrar en la cafetería, era las 5 menos cuarto pero Rebeca y Ali ya estaban sentadas en una mesa tomando un batido cada una.
- Hola chicas.
- ¡Hola! - saludó Ali feliz, las dos se levantaron y nos dieron dos besos.
- ¿Sara qué quieres que te pida? - dije mientras me acercaba a la barra.
- ¡Batido!
- ¿De chocolate verdad?
- ¡Claro! - dijo sentándose junto a Rebeca. Me acerqué a la barra y pedí dos batidos de chocolate. Justo en ese momento ví a Susie y a Adam entrar en la cafetería. Después se acercaron a la mesa de las chicas, Adam le dió un suave beso en los labios a Susie de despedida y saludó a las demás, después antes de salir por la puerta me saludó a mí:
- ¡Adiós Laura! - yo le saludé con un movimiento de mano mientras la camarera me ponía nuestros batidos sobre la barra y me cobraba.  Me senté al lado de Ali y Susie.
- ¿Listas para las compras? - dije dándole su batido a Sara.
- ¡Por supuesto! - dijo Ali emocionada.
- Ya verás lo bien que nos lo vamos a pasar Susie. - le dijo Sara. Justo en ese momento Dani y El entraron por la puerta.
- ¿Ya estáis tomando batidos? - nos dijo Dani acercándose a la mesa. - Pues yo también quiero uno, ¿tú El? - El asintió y se fueron juntas a la barra a pedir también un par de batidos. Después de tomarnos todas los batidos y charlar un rato decidimos que era hora de irnos de compras. Nos volvimos locas, como siempre. Entramos en todas las tiendas posibles, nos probamos todas un montón de cosas pero nos centramos sobre todo en los modelitos que tenía que llevarse Sara a París.
- ¿Y a las noches? ¿Qué me pongo? - preguntó Sara.
- A las noches no vas a necesitar ropa, si todo sale bien estarás la mayor parte del tiempo desnuda...
- ¡ALISON POR DIOS! - Sara se sonrojó y todas nos empezamos a reír, y después El nos llevo a una tienda de ropa interior muy sexy que según ella era perfecta para la ocasión. Noté que a Sara le daba mucha vergüenza todo aquello pero disfrutamos un montón. Cuando ya habíamos comprado demasiado y empezamos a cansarnos decidimos sentarnos un rato y Sara aprovechó para llamar por teléfono a su madre. No sé lo que le diría pero no se le veía discutir, más bien reía. Mientras la veía reírse por teléfono me dí cuenta de que hacía mucho tiempo que no hablaba con mi hermano, a mis padres les llamaba de vez en cuando y me contaban cosas de él pero estaba centrándome tanto en mi verano que me había olvidado de que tenía un hermano pequeño.
- Chicas, voy a hacer yo también una llamada ¿vale? - dije levantándome del banco del parque en el que nos habíamos sentado. Las chicas siguieron con su conversación y yo llamé a mi hermano tenía muchas cosas que contarle y aunque la llamada me saldría mucho dinero, era solo por una vez...

lunes, marzo 11

Sara (Capítulo 49)

Queridísimos lectores, ante todo pedimos disculpas. Hemos estado liadas con exámenes y esas cosas... supongo que lo entenderéis. Además estamos muy contentas porque hemos podido vernos la semana pasada, hablar cara a cara y no por teléfono como solemos hacer durante el año ha sido muy divertido, ya os lo contaremos. El caso es que han sido unas semanas intensas y emocionantes pero aquí estamos otra vez, con un nuevo capítulo de nuestra pequeña historia que os agradecemos que leáis y que esperamos que os guste y que disfrutéis leyéndola tanto como nosotras escribiéndola. Un beso enorme, y mil gracias por leernos, en serio.



La tarde pasó demasiado rápido. Susie poco a poco empezó a tranquilizarse, consiguió coger un poco más de confianza y al final parecía estar más tranquila. 
Laura, Zayn, Harry y yo nos despedimos de los demás a eso de las ocho y media y nos fuimos dando un paseo hasta nuestro apartamento con Noa en brazos de Harry
-¿os apetece una cenita esta noche?- preguntó Zayn y miró a Harry
-Claro- dijo Laura que iba agarrada de la mano de Zayn - ¿pero dónde?- preguntó curiosa
-El sitio no se puede decir, pero es un sitio elegante- dijo Harry mirando a Zayn y los dos comenzaron a reírse
-Vosotros dos tramáis algo- dije mirándolos. Se miraron entre ellos y negaron con la cabeza, Laura y yo decidimos reírnos y no darle importancia. Miré a Noa en brazos de Harry, estaba monísimo
-¿y qué hacemos con Noa?- pregunté cayendo en la cuenta de que solo no se podía quedar
-Dejarlo con Eleanor, parece que le ha caído muy bien, si ella quiere claro- dijo Zayn
-Es buena idea, luego la llamamos- dije sonriendo, me encantaba la idea
-¿y la cena tiene algún motivo especial?-preguntó Laura que seguía insistiendo para sacar algo más de información. Harry y Zayn se miraron, dudaron durante un rato sobre qué respuesta darnos y al finan contestaron
-No, ninguno en especial- dijo Zayn
-Bueno, en realidad sí, de despedida- Laura y yo nos miramos algo extrañadas
-¿de despedida?- pregunté
-Si, pasado mañana nos vamos a Paris ¿Recuerdas?- mierda se me había olvidado, el tiempo pasaba demasiado rápido y perfecto
-Claro que me acordaba, solo estaba gastándoos una broma- dije apartando la mirada
-Mientes fatal- dijo Zayn riéndose, algo que provocó la risa de todos
-Y es muy despistada- dijo Harry con una sonrisa- pero la quiero tal y como es 
-Ohh- dijeron al unísono Zayn y Laura, el rubor subió a mis mejillas y todos se rieron de mi
-Bobos- dije mirando al suelo
Llegamos al apartamento, nos despedimos de los chicos y quedamos en el London Eye a las diez. Subimos corriendo, teníamos una hora para las dos y antes teníamos que resolver con quien dejábamos a Noa. Decidimos que yo me ducharía primera mientras Laura llamaba a Eleanor para ver si se podía quedar con Noa, pusimos la música y me metí en el baño. Tardé tres canciones en ducharme y cuando salí Laura seguía hablando por teléfono
-Prefecto- dijo Laura- pues allí estaremos, un beso- y tras decir esto, colgó. Se giró y me miró
-Que rápida- las dos reímos- me ha dicho Els que sin problemas, que se queda con Noa, he quedado que pasábamos por su casa a las diez menos cuarto 
-Bien, pues vete a la ducha que no nos da tiempo- Laura se fue a la ducha y yo me fui a vestir.
Me puse una falda en tonos azules, amarillos, blancos y rositas, con un estampado raro pero bonito, una blusa blanca, mi cazadora vaquera, tacones amarillos fosforitos y la cartera a juego. Me hice una trenza a un lado de espiga que me llegaba hasta un poco más arriba del ombligo ¿me habría crecido el pelo? Me di un poco de maquillaje mientras Laura acababa de vestirse. Ella iba con unos pantalones cortitos negros con unas lentejuelas en tonos oro a los lados, una camisa del mismo color, unos tacones negros y cazadora de cuero negro, se había dejado el pelo suelto liso, estaba preciosa.
-¿estas lista?- le pregunté
-Cinco minutos, vete cogiendo a Noa y sus cosas- obedecí y cogí algo de comida por si acaso, uno de sus juguetes y la correa, lo metí todo en una mochila y llamé un taxi
-Laura, ¿estás ya? El taxi estará al venir
-Estoy- dijo cogiendo su bolso- vámonos. Salimos a la calle y el taxi ya estaba esperando
-Buenas noches ¿a dónde os llevo?- como no supiese Laura donde vivía Els íbamos listas
-Esta dirección- dijo Laura entregándole un papelito, la miré sorprendida- me la dio Els antes- las dos sonreímos y el taxi arrancó. Íbamos algo pilladas de tiempo, pero teníamos la esperanza de que la casa de Els quedase cerca
-¿está cerca la dirección señor?- pregunté al taxista, no me gustaba llegar tarde
-Sí, pero tardaremos algo más que hay algo de atasco- Laura y yo nos miramos desesperadas, estaba claro, llegaríamos tarde
A los veinticinco minutos de atasco llegamos a casa de Els, ya le habíamos avisa de que teníamos algo de prisa así que estaba en la puerta esperándonos. Me bajé yo del taxi con Noa y sus cosas, le di las gracias y me volví a montar en el coche. Teníamos cinco minutos para llegar al London Eye, así que le dijimos al taxista que se diese toda la prisa que pudiese y que nos dejase lo más cerca posible 
-No llegamos a tiempo- dijo Laura
-Si corremos sí- dije mirándola 
-¿con tacones?- preguntó Laura atónita 
-O descalza, como prefieras- Laura resopló
El taxista paró el coche y nos indicó por donde llegaríamos más rápido, pagamos y le dimos las gracias mientras salíamos del coche. Teníamos tres minutos, miré a Laura y negó con la cabeza yo le animé con la cabeza y comenzamos a correr. La gente nos miraba raro pero nos daba igual, miré atrás ya que yo iba algo más adelante que Laura
-No pienso correr más- dijo Laura- es matador correr con tacones
-Está bien- dije dándole la razón, a mí también me dolían los pies- pero andemos rápido- Laura asintió
Íbamos lo más rápido que los tacones y nuestras piernas nos permitían, miré el reloj, las diez
-Laura ya estamos aquí giramos la esquina y listo
-¿último esprín?- me preguntó, yo asentí y salimos corriendo, cuando llegamos al sitio no había nadie 
-No me digas que hemos corrido para nada- dijo Laura indignada cogiendo aire, respiré hondo
-En realidad no- dijo Zayn, Laura y yo nos giramos y vimos a Harry y Zayn, pero no estaban solos con ellos estaban Anne y Trisha. Enmudecí y me sonrojé. Laura y yo nos miramos sin saber qué hacer, estábamos muertas de vergüenza – Mamá esta es Laura, mi novia- dijo Zayn
-Y esta es Sara- dijo Harry presentándome a su madre, nos dimos dos besos de cortesía, no sabía que decir, los chicos nos la habían jugado pero bien
-Chicas puntuales, eso me gusta- dijo Anne rompiendo el hielo, todos reímos algo nerviosos
-Bueno,¿ vamos al restaurante?- dijo Trisha
-Claro- dijo Zayn. Cogí a Harry y fuimos un poco más atrás que los demás 
-¿cómo se os ocurre?- pregunté
-No sé, el otro día se nos ocurrió
-¿y por qué no nos habíais dicho nada?- volví a preguntar- que vergüenza… 
-Pensamos que sería divertido ver vuestras caras- le eché una mirada a Harry maldiciéndole y él se rio- tranquila, les caéis genial- me dio un beso y volvimos con los demás 
Llegamos a un sitio que tenía unas vistas preciosas de Londres, Laura y yo ya no estábamos tan cortadas y Anne y Trisha eran muy simpáticas 
-No sé qué le habéis hecho a nuestros hijos que los tenéis loquitos- Laura y yo reímos- no paran de hablar de vosotras, que si Laura, que si Sara… ya sentimos que os conocemos- dijo Anne
-Mamá eso no lo digas- dijo Harry 
La cena transcurrió tranquila, nos enteramos de algunas cosas de los chicos de cuando eran pequeños y alguna que otra trastada pero nos reímos mucho. Anne y Trisha eran muy agradables y tras la cena prometimos quedar otra vez. 
-Nosotras os matamos- dijo Laura una vez que estábamos solos los cuatro- ¿Cómo no nos avisasteis antes?
-Era una sorpresa- dijo Harry 
-Y menuda sorpresa, encima nosotras llegamos corriendo, que vergüenza…- dije indignada
-Bueno no ha sido para tanto, además queríamos que las conocierais, bueno ellas querían conoceros- dijo Zayn
-Está bien, está bien- dijo Laura
-Ahora tenemos que conocer nosotros a las vuestras, para estar en igualdad de condiciones
-Si ya las conocéis- dijo Laura- cuando fuimos a España…aunque no en las mejores circunstancias- un dolor agudo comenzó a golpear en mi pecho, Laura me miró- lo siento…
-No pidas perdón, se puede hablar de ello, aunque no sea bonito de recordar- Laura se acercó y me dio un abrazo
-¿estás bien?- dijo mirándome con esa mirada protectora suya
-Si- dije aun con un nudo en la garganta, ella me miró poco convencida- De verdad que estoy bien, ahora vamos a por un helado 
-Pues a por un helado se ha dicho- dijo Zayn, Harry se acercó y me acarició la mejilla, me sonrió y me apretó la mano, sonreí
-Yo quiero dos bolas- dijo Laura, mi mirada no se había apartado de los ojos de Harry, le di un suave beso dándole las gracias y volvimos al mundo
-Yo también quiero dos bolas- dije acercándome a Laura- y de chocolate.

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