domingo, septiembre 29

Sara (Capítulo 60)

Me dolían los ojos de llorar. Laura se había ido hace un rato y ya había empaquetado toda mi ropa, quedaba el resto de las cosas. Suspiré. Guardar todo no era tan sencillo como pensaba. Comencé a coger algunas de mis cosas del salón mientras Noa me seguía a los pies sin dejar de mirar todo lo que hacía. Cogí unos cuantos libros y vi una foto que teníamos Laura y yo de todos juntos, la habíamos enmarcado porque nos gustaba mucho. Me fijé en la cara de todos, todos teníamos una sonrisa dibujada en la cara. Me daba pena irme y no decirles nada a los chicos pero odiaba las despedidas, me parecían lo peor de este mundo. Volví a mirar la cara de todos, la sonrisa de todos, la de Harry… un nudo se formó en mi garganta, estábamos abrazados, me quedé un rato mirando cada detalle de la foto, cuando me di cuenta, tenía la cara empapada de lágrimas, dejé de mirar la foto y me la guardé, supongo que a Laura no le importaría que me la llevara, le dejaba el resto de fotos que no quería ni mirar porque sabía que había alguna mía y de Harry solos. Me limpié las lágrimas. Esto de empaquetarlo todo me estaba costando demasiado, no quería hacerlo sola pero no se me ocurría a quién llamar… cogí el teléfono y marqué. Esperé unos minutos, en lo que sonaron tres pitidos
-   ¿sí?- dijo al otro lado del teléfono
-    Hola Liam - sabía que mi voz sonaba apagada-  necesito que me eches una mano ¿te puedes pasar por mi apartamento?- Liam había notado que me pasaba algo porque se quedó un rato en silencio antes de contestarme
-   Claro, en dos minutos estoy allí, un beso- y tras decir eso colgó.
Necesitaba a alguien como Liam a mi lado, el me transmitía tranquilidad y en ese momento era lo único que necesita. No quise seguir perdiendo el tiempo y me puse a recoger alguna que otra cosa más hasta que llamaron al timbre y fui a abrir. Liam estaba a la puerta, me miro de arriba abajo y me abrazó, yo me puse a llorar en su hombro, olía tan bien, nunca me había fijado en ese detalle
-   Deja de llorar Sara-  me dijo Liam con una voz muy suave y  me acarició la cara. Ya sabía porque necesitaba a Liam, su instinto protector, su instinto paterno por llamarlo de alguna manera me hacía sentirme más segura y protegida.
Entró en casa y cerró la puerta tras de sí
-    no hace falta que digas nada, ya lo sé- debí de haberlo supuesto, pero no se me ocurrió y ahora que lo pensaba yo tampoco se lo había contado a las chicas, aunque se enterarían por sus respectivas parejas, no tenía ganas de llamar una por una para decirles lo mal que estaba y el motivo de porqué, no quería ir dando pena-  he comprado patatas que sé que eres más de salado- le sonreí como pude  y nos fuimos a sentar al sofá- dime que es eso con lo que te tenía que ayudar
-    a empaquetar todo- Liam me miró sorprendido
-   ¿cómo que a empaquetar? Si todavía no os vais  ¿o sí?- suspiré y cogí aire para contarlo todo
-    Yo me marcho esta tarde a las 7, no puedo estar ni un minuto más aquí… todo me recuerda a él- tragué saliva para no ponerme a llorar e intentar deshacer el nudo de mi garganta- me tendría  que ir en una semana como muy tarde a preparar todo lo de la universidad y si me voy hoy, allí por lo menos no estaré las veinticuatro horas del día pensando en lo mismo- Liam me miró muy serio
-    No puedo hacer nada porque te quedes aquí ¿verdad?- negué con la cabeza, él se acercó a mí y me abrazo. Estuvimos así un buen rato,  diez minutos o más en silencio, estaba a gusto y había perdido la cuenta- ¿los demás lo saben?- preguntó rompiendo el silencio
-   ¿qué me voy? No, solo Laura y Zayn que ha venido antes a buscarla- dije incorporándome
-    Deberías decírselo a los demás, supongo que lo que ha pasado entre tú y Harry… ya lo sabrán, pero que te vas es algo importante- al oír su nombre las lágrimas volvían a salir de mis ojos, estaba enfadada conmigo misma por ser tan sensible y tener tantas lagrimas guardadas
-    No me gustan las despedidas Liam , es lo más triste de este mundo y no sirven para nada, solo para recordar lo que uno ya sabe y hacer el momento más difícil de llevar- Liam me miró poco convencido- mi amistad con vosotros no va a cambiar Liam y lo mucho que os quiero tampoco porque no me despida
-    Está bien, no me quejaré que yo tendré el privilegio de poder hacerlo- intenté volver a sonreírle- pero prométeme que me llamaras un día todas las semanas, sin excepción alguna – le miré a los ojos, esos preciosos ojos marrones que estaban en las paredes de mi habitación
-  Te lo prometo Liam- y sonreí, sin intentos ni nada, lo hice.
Después de la charla nos pusimos a recoger lo que quedaba y Liam hizo algo de comer para los dos ya que Laura me mandó un mensaje que comía con Zayn. No sé qué tal le estaría yendo y la verdad espera que le fuese mejor que a mí. No tenía mucha hambre pero Liam me hizo comer. Sabía que en toda conversación intentaba evitar a Harry o algo que le relacionase con él e intentaba hacerme reír. Me entró sueño y al final acabé durmiéndome en sus brazos
-   Sara despierta, son las cuatro y media, tenemos que irnos ya, sabes que hay que estar dos horas antes- me despejé un poco, fui a lavarme la cara y me cambié de ropa para ir más cómoda. Laura aún no había llegado a casa y era la única persona de la que sí que me gustaría despedirme, bueno o darle un beso de “nos vemos en una semana” pero no aparecía y ya no podía estirar más el tiempo, Liam había cargado ya su coche con todas mis cosas y estaba abajo esperándome.
Cogí mi bolso y todo, miré por última vez el apartamento y eché una vista rápida, no paraban de llegarme recuerdos a la mente de todo lo que habíamos vivido allí, así que decidí marcharme rápido antes de llorar otra vez no sin antes despedirme de Noa. Se quedaría allí y cuando fuésemos a vivir a Madrid Laura y yo lo tendríamos allí en nuestro piso. Bajé rápido para no hacerle esperar mucho más a Liam y me monté en el coche.  Durante el camino me dediqué a mirar por la ventana el lugar que había sido mi hogar durante todo el verano y cuando me quise dar cuenta ya estábamos en el aeropuerto. Liam me ayudó a cargar las maletas, no sé cómo iba a poder yo sola con todas cuando llegase a España, eso me hizo recordar que no había avisado a mi familia, mierda, ahora tendríamos tiempo y les llamaría.
En cuanto entramos por la puerta una manada de fotógrafos comenzaron a disparar flashes, con tanta luz no sabía a donde ir, Liam me cogió de la mano como pudo con tanta maleta y me guio, yo solo seguía sus pasos hasta que llegamos a una sala.
-  ¿Dónde estamos?- pregunté a Liam
-  En una sala vip- dijo el dejando las maletas
-  Pero aquí no podemos estar,  mi billete no es de clase vip- repliqué
-   Ahora sí, te cambié el billete mientras dormías, quería asegurarme de que volvías a España de la mejor manera- le dediqué una mirada asesina, Liam me tendió el billete pero no se lo cogí- Sara cógelo, no tienes otro o vas en este o no te vas a España hoy- dude unos instantes y al final accedí
-   No tenías por qué haberlo hecho, ya tenía billete y no me iba a morir por no tener televisión- dije algo enfadada
-   Lo sé y sé que no te gusta la idea de que te haya comprado un billete cuando no había necesidad, pero quería que fueses en lo mejor ¿vale?- suspiré y acepté y él me dedicó una sonrisa- ¿Sabes que seremos la próxima portada de todas las revistas?- dijo cambiando de tema, yo me senté en uno de los sofás
-   Me lo imagino- dije
-   Tú y yo en el aeropuerto, solos, con maletas- Liam se rio- será gracioso ver que especulan- sonreí también al pensarlo aunque no estaba de humor. Estuvimos un rato más hablando del tema y decidí llamar a mi familia para decirles que volvía. No les importó que les avisara con tan poco tiempo, estaban contentos porque por fin me verían- ¿quieres algo de beber?- preguntó Liam cuando acabé de hablar por teléfono
-  Sí, pero ya voy yo- dije levantándome, quería salir de esa sala, me estaba agobiando un poco
-   Agua por favor- dijo él. Asentí y salí fuera de la sala. No parecía haber ningún fotógrafo por la zona así que compré las dos botellas de agua con tranquilidad. Volví a la sala y  Liam no estaba solo
-  ¿pensabas irte sin despedirte Sara?- dijo Rebeca. Allí estaban todos, todos menos Harry… miré a Liam, me la había jugado, él me sonrió a modo de excusa
-  Odio las despedidas- dije con la voz entrecortada a punto de llorar, definitivamente era una blanda, lloraba por cualquier cosa
-  Ven aquí anda- dijo Niall mientras se acercaba con los brazos abiertos, todos nos unimos en un abrazo común y luego me despedí uno por uno, ya no me quedaba casi tiempo
-  Ya sabes llámame mínimo una vez a la semana- dijo Liam mientras me abrazaba
-  Lo haré- y le di un beso en la mejilla
-  Dime que no perderemos el contacto- dijo Dani mientras me abraza fuerte, estaba llorando
-  No lo perderemos- dije mientras intentaba sonreír
-   Y que vendrás a Londres cuando necesites una tarde de compras- dijo Els mientras se me acercaba
-   O vosotras a España- dije mientras la abrazaba. Alguien me llamo a la espalda, era Alison
-   Como no vengas a verme iré a España y te traeré de los pelos- dijo entre sollozos
-    Yo también te quiero pelirroja
-   Que acaparadoras sois las mujeres- dijo Zayn mientras me agarra y me abrazaba- eres como mi hermana no lo olvides nunca- no podía hablar de lo mucho que estaba llorando, solo asentí con la cabeza y Zayn me dio un beso en la frente
-   Te debo tanto- dijo Niall mientras me abrazaba y me elevaba por los aires
-   Solo cuídamela- dije entre sollozos
-   Eso está hecho- me dio un beso en la mejilla- cuídate pequeña
-   Aquí empezó todo ¿te acuerdas?- dijo Mark
-   Gracias por todo Mark, te estaré eternamente agradecida- dije y le di un beso
-   Estas guapa hasta cuando lloras-  Adam me abrazó
-   Cuídate mucho Adam- seguía sin parar de llorar
-   Te conozco de poco tiempo pero sé que eres genial, si vuelves llámame- dijo Susie mientras me abrazaba
-    Lo mismo te digo Susie
-   Sigues igual de llorona que siempre eh- Rebeca me abrazó fuerte, cuando la miré ella también lloraba
-  ¿Rebeca llorando? Apuntar este día en el calendario- dije algo animada, todos rieron
-    Solo te digo que gracias por todo y que no te libras de mi tan fácilmente, son muchos años juntas
-   No quiero librarme de ti- le di un beso en la mejilla
-   Pero dejármela ya ¿no?- dijo Louis haciéndose el ofendido. Me cogió y me abrazó y me empezó a dar besos por la cara- cuídate mucho por favor- dijo serio- si no me tendrás en España a darte la caca- asentí entre lágrimas y le mire a los ojos preguntándole lo que de mi boca no salía. Él me abrazó de nuevo y me susurró al oído- dijo que vendría, lo siento pequeña- me abracé a su cuello y el me secó las lágrimas de la cara, me dibujó una sonrisa en la boca con su dedo y me dio otro beso en la frente. En ese momento Laura me cogió  y me abrazó llorando
-  Por último y no menos importante- le dije entre sollozos
-  Cuando llegues llámame tenemos mucho de qué hablar Sara- dijo preocupada
-   Tranquila sé que te quedas- Laura me miro extrañada- tu sonrisa te ha delatado- las dos nos sonreímos
-   Te quiero Sara- la cogí y la tiré una última vez de sus mofletes que tanto me gustaban
-   Y yo Laura- en ese rato Liam había llevado mis maletas a facturar, así que cogí mi bolso y me dirigí a la puerta, miré una última vez atrás y les dije adiós con la mano entre lágrimas, mientras cerraba la puerta y con ello cerraba una etapa de mi vida.
Miré por enésima vez a mis alrededores antes de pasar por la pasarela de embarque en busca de alguien que no aparecía, suspiré y me sequé una lágrima que quería escapar mientras entraba en la pasarela  y mi corazón quedaba roto para siempre.

jueves, septiembre 26

Laura (Capítulo 59)

Lo que sentí al oír aquellas palabras de Sara es casi indescriptible, me invadió un enorme sentimiento de tristeza. Sara y Harry juntos era de lo más perfecto que había en este mundo, y que aquello se acabara me rompía el corazón. Además al oír 'lo nuestro se ha acabado' no pude evitar pensar en todos porque lo que en realidad se acababa era aquel sueño. Se acababa nuestra relación con los chicos, aquel maravilloso verano en Londres y todos los buenos y felices momentos que habíamos pasado juntos. Tenía a Sara abrazada a mí llorando desconsoladamente y lloré con ella. Estuvimos un largo rato abrazadas llorando en el sofá hasta que nos quedamos dormidas, supongo, porque a la mañana siguiente me desperté tumbada en una punta del sofá con un dolor de cuello terrible, miré al otro lado y vi a Sara que seguía dormida aunque se le notaba algo intranquila y el cojín en el que estaba apoyada estaba lleno de lágrimas. Me levanté y preparé el desayuno mientras pensaba en lo duro que sería hablar con Zayn. La noche anterior le había despedido con un beso fugaz en los labios con las escusa de que tenía que ir en busca de Sara, en parte era por eso pero por otra parte algo dentro de mí evitaba una conversación seria con Zayn porque no creía poder soportar una ruptura con él. Pensé en mí desplomandome en el suelo igual que Sara la noche anterior y me di cuenta de que si las dos estábamos igual nadie sería capaz de animarnos... salvo los chicos, claro. El olor a tostadas y tortitas recién hechas despertó a Sara, que intentó darme los buenos días con una sonrisa pero no fue capaz. No quería volver a perderla como cuando ocurrió lo de Julia, no podía ver a Sara tan triste porque se me caía el alma a los pies.
- Sara, ¿quieres tortitas? No me quedan tan bien como a ti pero... lo he intentado. - Dije sonriendo y la miré esperando una sonrisa por su parte, en sus labios se dibujó media sonrisa triste y desganada y me dio un beso en la mejilla. Después susurro:
- Voy a ducharme Laura...
- Vale, después voy yo.
- ¿Has... has pedido mi billete para España?
- Sara... no quiero que te vayas así... no puedes irte ya sola.
- Laura, tú todavía tienes cosas pendientes aquí... e incluso oportunidades, yo ya no tengo... nada, necesito volver a España y centrarme en la universidad... de verdad. - Mientras decía esto sus ojos se llenaron de lágrimas y sin dejarme responder se metió en el baño. Desayuné y llamé a Zayn.
- ¿Sí?
- Hola Zayn.
- Hola preciosa, ¿qué tal?
- Bueno... la verdad es que esto es una mierda, Sara está fatal y yo no puedo soportar verla así y... te quiero y no me quiero alejar de ti. - No pude evitar soltar todo aquello, y noté lágrimas acariciando mis mejillas.
- Laura, tenemos que hablar... ¿quedamos dentro de dos horas? - Miré el reloj, eran solo las 10 de la mañana.
- Vale...
- Te paso a buscar entonces, hasta luego pequeña... te quiero.
- Hasta lue... - Zayn colgó antes de que pudiera despedirme, noté su voz algo alterada como si tuviera prisa. Justo en ese momento Sara salió del baño. La noté algo más relajada pero su mirada seguía estando apagada y triste. Le obligué a comerse una tostada aunque insistía en que no tenía hambre, recogí la cocina y me fui a la ducha, no podía dejar de pensar en Sara y Harry, en los demás, en Zayn y en todos y cada uno de los días que habíamos pasado allí. Recordé incluso mis buenos momentos con Mark, y en lo raro que resulta todo porque ahora Mark para mí es simplemente el chico de Ali, y se les ve tan felices.
Cuando salí de la ducha Sara estaba en la habitación guardando todas sus cosas en las maletas.
- Tía, ¿qué haces?
- Lo siento Laura, de verdad... mi vuelo sale hoy a las 7 de la tarde. - Aquello me hacía sentirme demasiado triste pero una parte de mí entendía a Sara, necesitaba irse y pensar... o dejar de pensar durante un tiempo. Habían sido demasiadas emociones juntas en tan poco tiempo y era normal que estuviera tan agobiada, lo único que pude hacer fue abrazarla. Le dije que había quedado con Zayn y me dijo que me fuera tranquila que ella se quedaba recogiendo sus cosas. Sonó el timbre de la puerta y fui a abrir, me encontré con Zayn enseñándome esa perfecta sonrisa suya que me regaló un beso dulce en los labios nada más abrir la puerta. Entro en el apartamento y se puso a hablar con Sara mientras yo terminaba de secarme el pelo. Les oí hablar de Harry, de lo mal que lo estaban pasando los dos, del vuelo de Sara y de lo mucho que se iban a echar de menos entre todos y después cuchichearon algo en bajito que no conseguí oír. Cuando terminé de prepararme Zayn y yo salimos del apartamento dejando a Sara sola con Noa y sus maletas.
- ¿A dónde vamos Zayn?
- ¿Te apetece ir a un parquecito tranquilo para que podamos hablar agusto? - Asentí con la cabeza y me rodeó los hombros con el brazo mientras me daba un suave beso en la frente. Cuando llegamos al parque nos sentamos en la hierba alejados de todo el mundo.
- Bueno... voy a empezar a hablar Laura... Verás, cuando ayer hablasteis de marcharos ya me sentí fatal. No me enfadé ni nada, solo me sentí triste y me dí cuenta de que no quería que te fueras, de que no quería vivir sin ti. Le he dado muchas vueltas durante toda la noche y me parecía un poco egoísta pedirte que te quedaras aquí por mí, yo tengo mi vida echa y no puedo pedirte que cambies todos tus planes. Pero esta mañana has dicho que no querías alejarte de mí, y me has hecho pensar en que en realidad no tienes planes Laura... lo de Sara es diferente porque tiene su plaza y todo eso pero...
- Pero yo puedo pedirla aquí.
- Eso es.
- Podría solicitar plaza en Londres, y... vivir aquí, contigo. ¿Eso quieres decir, Zayn?
- Exacto.
- ¿Crees que no lo había pensado ya? Sería tan perfecto...
- ¿Y qué te impide hacerlo?
- No lo sé, no quiero dejar tirada a Sara porque teníamos planes juntas, y tengo miedo a que luego no funcionen bien las cosas aquí en Londres... o yo que sé.
- Cariño, las cosas pueden salir igual de bien o igual de mal aquí o en Madrid, o en Rusia si te apetece.
- Eso es verdad. Supongo que podría venirme a vivir aquí.
- Conmigo.
- Contigo... - Sonreí y le besé. En ese momento me dí cuenta de que ese era el futuro que yo necesitaba, estudiar Criminología en Londres, conocer gente nueva, y al llegar a casa encontrarme con mi novio... Zayn Malik. Solo había un inconveniente en ese futuro tan perfecto y era el estar alejada de Sara, por lo menos el tiempo que durasen los estudios. No soportaría despedirme de ella.

domingo, septiembre 8

Sara (Capítulo 58)

Salí corriendo detrás de Harry. La cabeza me daba vueltas y la vista se me nublaba por la cantidad de lágrimas que salían de mis ojos. Le agarré del brazo y tiré para atrás. Harry me miró con la mirada rota y se giró y siguió andando hacia adelante. ¿Qué le pasaba?
-          ¡Harry!- grité su nombre. La gente que pasaba alrededor se quedó  mirando, pero me daba igual, quien tenía que mirar no lo había hecho. Salí corriendo otra vez detrás de él y esta vez me puse delante impidiéndole el paso- ¿Qué coño te pasa a ti?- pregunté enfadada, había dejado de llorar y por alguna razón que no llegaba a conocer me sentía en guerra con el mundo. Harry me miró a los ojos y respiró hondo.
-          Eso mismo podría preguntarte yo a ti- dijo lo más tranquilo posible. No lo entendía, no entendía que me quería decir, sabía a lo que se refería, pero ¿acaso él no se daba cuenta de que era una realidad el tener que marcharme?
-          A mí no me pasa nada- dije intentando sonar más calmada, todo lo contrario a como me encontraba realmente. Harry cerró los ojos y se tensó
-          ¿Qué no te pasa nada? Por favor Sara, te cogen en la universidad de Madrid y no me lo dices, decides volverte a España y no me lo dices, no me dices nada, ni si quiera me lo consultas a ver que me parece, entonces tú también decidirás sin consultarme lo que pasará entre nosotros ¿no? Yo soy un cero a la izquierda que no tiene ni voz ni voto- su tono había ido subiendo y había acabado gritándome cosa que había hecho que me enfadara aún más y que las palabras salieran sin pensar
-          Harry decidir volverme a España no es una cosa que quiera hacer, es una cosa que debo hacer, mi vida está allí igual que la tuya está aquí, no es una decisión que haya que consultar con nadie, quiero ir a la universidad y aun que, volverme sea la idea que menos me guste, es lo que tengo que hacer.
-          ¿y qué pasa con lo que quiero yo? Está claro que lo que yo opine y lo que yo quiera no vale para nada, tú te marchas por qué quieres y hay has dejado claro que es lo que sientes.
-          Yo no quiero irme, debo irme y eso no significa que deje claro lo que siento.
-          Sara, no lo entiendes, no has confiado en mí para consultarme algo tan importante para mí como es el marcharte, algo que creía importante para los dos. Si tú no confías en mí, ¿cómo voy a confiar yo en ti?
-          ¿me estás diciendo que no confías en mí?-  las lágrimas corrían por mis mejillas, ¿qué estaba pasando? ¿por qué me sentía tan pequeña? Harry agachó la cabeza.
-          Lo hacía, ahora no estoy seguro – sus palabras se estaban clavando en mi pecho como cuchillos afilados. Harry intentó agarrarme de la mano pero yo me eché para atrás. Él tenía los ojos vidriosos- Sara, sabes  lo que pasa si te vas- Estaba completamente rota, desolada, sentía que me pesaba todo y lo único que tenía en mente es que mi novio no confiaba en mí y que me estaba dando elegir entre él y mi futuro. La voz me fallaba, quería decir mil cosas pero no salía ninguna.
-          Harry… yo…- intenté dejar de llorar- me marcho a España - me di la vuelta y empecé a andar, sabía que Harry estaba enfadadísimo, nunca lo había visto así.
-          ¡Sara!- gritó Harry. Yo no me giré simplemente me paré y él se acercó a mi hasta que estuvo detrás de mí- si empiezas a andar en esa dirección lo nuestro habrá terminado- las lágrimas seguían saliendo por mis mejillas, me sentía mareada, todo era confuso, Harry no parecía él, yo no parecía yo misma. Miré al cielo, hacia una noche estupenda, ni Londres parecía Londres. No estaba segura de nada y a la vez estaba segura de todo. No podía estar con una persona que no confiaba en mí y de la que por tanto no podía confiar y no podía estar con una persona que me hacía elegir entre dos cosas importantísimas para mí, eso, aunque me doliera, era egoísta y no quería pensar que Harry fuese así aunque él era quien me había dado un ultimátum. Sentía un dolor muy grande en el pecho, respiré hondo intentando ignorarlo y comencé a andar dejando atrás a Harry
-          Adiós Harry- dije en un susurro que solo yo pude oír.
Caminé en dirección al apartamento, las piernas me pesaban y a cada paso que daba el dolor del pecho aumentaba, me dolía la cabeza y no podía parar de llorar. No sabía lo que acababa de pasar, bueno, si lo sabía, pero no quería decírmelo a mí misma.
Llegue al apartamento y abrí la puerta, al cerrarla tras de mi caí en el suelo desplomada, no quería levantarme
-          ¡SARA!- Gritó Laura que estaba en el salón y había visto mi entrada triunfal. Se acercó a mi preocupada- ¿Qué te pasa? ¿estás bien?- respiré. Seguía llorando. ¿Se podría estar toda una vida llorando?
-          Sí, no te preocupes- dije entre sollozos
-          No me digas que no me preocupe, cuando no paras de llorar y te desplomas al entrar en casa, tampoco me digas que no te pasa nada porque por nada no se llora y tampoco me digas que no ha sido Harry porque tampoco me lo creo- oír su nombre hizo que el dolor del pecho aumentará más
-          Pide mi billete de avión a España para mañana Laura, no quiero estar más aquí- Laura no entendía del todo lo que pasa, o esa era mi impresión. Daba igual, me daba vueltas todo, ahora ya todo daba igual.
-          Sara, ¿qué ha pasado?- dijo Laura abrazándome fuerte. Respiré hondo

-          Harry y yo hemos roto Laura, lo nuestro se ha acabado.

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