domingo, octubre 20

Laura (último capítulo).

Era el día de la boda de Niall y Rebeca, y estábamos todos emocionadísimos. Harry y Sara habían llegado hacía un par de días de su increíble verano de aventuras aunque todavía no les habíamos visto. Desde aquella cena en casa de Niall y Rebe a finales de mayo no les habíamos vuelto a ver. Nos mandaron algún que otro mensaje y nos llamaron alguna noche desde cualquier parte del mundo, también llegaron postales de diferentes ciudades. Después de llevar diez años haciendo el imbécil (llamemoslo así) decidieron tragarse su orgullo o lo que fuese y reconocieron que seguían enamorados el uno del otro. Y fue una reconciliación a lo grande porque se tiraron más de tres meses viajando por el mundo, conociendo ciudades y viviendo mil aventuras.
- Madre mía, estás preciosa... - sonreí a Zayn que se estaba colocando la corbata en el salón mientras yo salía de nuestro dormitorio ya arreglada. Le ayudé a colocarse la cortaba y le di un beso en los labios.
- No podemos llegar tarde a la boda cariño, ponte los zapatos ya termino yo con esto. - Me dijo, y yo le hice caso. Poco después estabamos montados en el coche camino a la iglesia. Iba mirando a Zayn mientras conducia, ya hacía dos años y medio desde nuestra boda y llevabamos diez años juntos pero todavía me costaba creer lo perfecto que era.
- ¿Por qué me estás mirando así?
- Porque todavía me dejas embobada cada vez que te veo con traje. - Los dos nos echamos a reír.
- ¿Y cómo estoy sin él?
- Mmmmm... mejor todavía. Pero no te preocupes, lo comprobaremos esta noche cuando te lo quites...
Estuvimos riendo hasta llegar a la iglesia, Zayn aparcó su coche y salimos emocionados. Vi a Louis, Liam, Mark, Adam, Danielle, Alison (con su enorme barriga de 8 meses) y Eleanor en la entrada con Ian, Hanna y Zack.
- Bueno, lo primero es comerme a estas tres preciosidades... - dije acercándome a los pequeños y plantándoles un beso a cada uno. Adoro a esos niños, son como sobrinos para mí y deseaba el día en el que Zayn y yo tuvieramos hijos. Todavía seguía besando a los pequeños cuando aparecieron Harry y Sara. Abracé fuerte a Sara y me la comí a besos también.
- Te odio... estás negra... - dije casi llorando de la emoción por verla junto a Harry después de tanto tiempo.
- Yo también te quiero Laura. - me respondió ella separándose un poco de mí y dándome un beso en la cara. Abracé a Harry.
- Os ha costado eh guapos... - dijo Louis, y también les abrazó. Todos fueron haciendo lo mismo, seguíamos con abrazos y besos cuando vimos llegar el coche de la novia.
- Ay, que llega Rebeca... - susurró Ali emocionada mientras todos nos colocabamos para verla salir de aquel coche vestida de blanco. Estaba espectacular, se le veía resplandeciente. El vestido y el peinado le sentaban genial y estaba feliz... algo bastante normal ya que se iba a casar con Niall. Entramos y nos sentamos en la iglesia, vi al rubio irlandés esperando a su chica en el altar, sentí una gran emoción e incluso ganas de llorar de felicidad. Zayn me agarraba de la mano. Cuando Rebeca entró en la iglesia noté la mirada entre ella y Niall, fue precioso. Se querían, se quieren muchísimo y no hay más que verles.
No pude evitar emocionarme y soltar algunas lagrimillas en el 'sí quiero'. A la salida de la ceremonia había un montón de periodistas y fotógrafos, pensé en la de portadas de revistas que protagonizarían, un cantante y una productora... serían noticia. Volví a montarme con Zayn en el coche para ir al banquete, estaba a las afueras de la ciudad, un lujoso restaurante que solía estar lleno de famosos y ricachones. Sería una comida de lujo extremo.
- Me encantan las bodas... - dije en el coche, mientras Zayn conducía. Él sonrió.
- Lo sé cielo. ¿Habrá alguna en la que no llores? - Reí y negué con la cabeza.
- Sabes que no...
- En la nuestra no lloraste.
- Porque tenía que decir 'sí quiero', pero estuve llorando de los nervios y de la emoción antes de llegar a la iglesia... - Zayn se echó a reír.
- Eso no me lo habías contado.
- Lo sé. - le respondí, también riéndome.
- Eres totalmente increíble eh... - sonreí. Poco después llegamos al banquete y nos sentamos todos juntos en un mesa cerca de la mesa de los novios. Comimos un montón de comida deliciosa, y nos reímos y nos divertimos un montón. Los fotógrafos que habían contratado sacaron videos y fotos geniales y Rebeca y Niall se pasaban de vez en cuando por nuestra mesa para ver qué tal nos lo estabamos pasando.
- Tú, rubiales... ven aquí. - le llamó Harry a Niall. - Resulta que te has casado Niall, ¿qué opinas de ello? - todos nos reímos y Niall sonrió mirando a Rebeca.
- Opino que soy el hombre más feliz que hay aquí ahora mismo. - Todos sonreímos pero entonces Zayn me miró, Harry miró a Sara, Louis miró a El, Liam a Dani, Mark a Ali y negaron con la cabeza.
- No sé qué decirte eh... - respondió Harry.
- Yo creo que somos bastante felices todos. - añadió Liam. Todos reímos y me alegré muchísimo de aquella situación. Antes del postre Sara y yo decidimos salir fuera a tomar un poco el aire.
- Bueno, en algún momento tendrás que contarme como ha ido este verano de desaparecida total... ¿no? - Sara me sonrió.
- Ha sido el mejor verano de toda mi vida... bueno, el segundo mejor verano de toda mi vida. - Sonreí y la abracé, sabía a que verano se refería.
- ¿Sabes, Sara? Todavía hay noches que me acuesto y le doy mentalmente las gracias a Julia por el regalo que nos hizo, ni si quiera creo que pudiera imaginar lo que nos estaba dando al pagarnos aquel viaje.
- A veces pienso que si que lo sabía, como si una parte de ella supiera que ese viaje iba a cambiar nuestra vida... y esté donde esté sonríe por ver lo felices que somos y se siente orgullosa de habernos ayudado a serlo.
- Estoy segura de ello Sara. - noté en sus ojos lágrimas de felicidad, igual que las había en los míos.
- Laura, no quiero olvidarme jamás de aquel verano. Nunca.
- Yo tampoco... - volví a abrazarla y nos quedamos un rato ahí, sin decir nada más... las dos pensabamos en todo lo que había pasado en todo este tiempo, y las cosas al final habían salido bien para todos.
- ¿Chicas? Qué hacéis ahí, venga... que llega la tarta.
- Sí Louis, ya vamos. - Entramos de nuevo al restaurante y vimos como Niall y Rebeca cortaban la tarta, después tomamos el postre, habíamos comido de maravilla.
La tarde y la noche transcurrieron genial, bailamos, bebimos y cantamos en la discoteca que tenía el lujoso restaurante y después pasamos la noche en las habitaciones del hotel. Todo era lujo y diversión. Con mi marido, y mis mejores amigos. A la mañana siguiente todos quedamos para desayunar juntos, ya se habían ido a casa todos los demás invitados de la boda. Zayn me despertó repartiendo besos por toda mi cara y nos vestimos con ropa que habíamos llevado de recambio. Bajamos al restaurante y nos encontramos con los recién casados que se iban de luna de miel esa misma tarde, con Liam, Mark, Adam, Louis, Danielle, Eleanor y Alison. Faltaban Harry y Sara. Me senté a tomarme un café junto a Zayn.
- ¿Cómo ha ido la noche de bodas? - pregunté a Rebeca y Niall, se limitaron a sonreír... hay preguntas que no necesitan ser respondidas con palabras. Les guiñé un ojo y eché un trago a mi café justo cuando llegaron Harry y Sara.
- Buenos días, ya estamos todos. - dijo Adam.
- Buenos días. - respondieron Harry y Sara con una enorme sonrisa en la boca. Todos estábamos contentos, era fascinante.
- ¿Qué Adam? ¿Ligaste ayer? - preguntó Louis riendo.
- Sí, con la recepcionista del hotel. - respondió él riendo.
- ¿Hablas en serio? - preguntó Sara mientras se servía zumo de naranja.
- No, es broma... ayer decidí tomarme un descanso... - todos volvimos a reír. Después se creó un momento de silencio hasta que Harry lo rompió:
- Chicos, chicas... Sara y yo tenemos algo que contaros...
- Sí, una reconciliación, tres meses desaparecidos por el mundo a base de llamadas rápidas y postales de todas partes... ya os vale guapos. - le respondió Eleanor sonriendo.
- A parte de eso... no queríamos contaroslo ayer porque era el día de Niall y Rebe... pero... - dijo Sara, empecé a sospechar lo que iba a decir y me incorporé en la silla.
- Sueltalo ya, por amor de dios. - le dije, extasiada.
- Estoy... embarazada. - terminó ella, sonriendo. Todos nos levantamos de golpe y le dimos la enhorabuena.
- ¡aaaaaah, es genial! - grité.
- ¡NO ME LO PUEDO CREER! - gritó Rebeca abrazándolos. Me acerqué a Sara y cuando Rebeca se separó de ella le dí un fuerte abrazo, y después otro a Harry, los demás fueron haciendo lo mismo.
- Amor, reconciliaciones, bodas por todos lados, bebés cada dos por tres... madre mía como andáis amigos, voy a tener que buscarme una chica en serio ya. - dijo Adam riendo.
- Deberías. - le respondió Liam. Zayn estaba abrazando a Harry y les miré sonriendo. Vi que se decían algo en bajito e intenté escuchar...
"Que suerte tuvimos al encontrarlas eh..." oí decir a Zayn.
"Y que lo digas..." respondió Harry susurrando y sonriente. Después me acerqué a Zayn y le dí un beso en los labios.
- Serás un padre estupendo... - le dije a Harry, miré a Sara hablando animada con Alison de embarazos y pensé en que ellas también serían buenas madres.
- Os quiero mucho a todos. - dije, no pude evitar decirlo porque eran lo mejor de mi vida. Todos me miraron y sonrieron, después seguimos charlando y acompañamos a los recién casados al aeropuerto para que se fueran a su luna de miel de una semana.


Es 12 de enero del año 2023, tengo 28 años aunque dentro de poco más de dos meses cumpliré los 29. Hace ya cuatro meses que Niall y Rebeca se casaron, y hace unas semanas Sara supo que su bebé será una niña. Cuando vino a casa para contármelo me sentí extremadamente feliz e intenté imaginarme como sería la pequeña... su pelo será rizado, y será monísima, de eso estoy segura. Como propósito de año nuevo Zayn y yo decidimos que también queremos ser papás, y llevamos estos doce días intentándolo... aún no sé si estoy embarazada o no, pero espero estarlo pronto. Sara está emocionadisima porque quiere que nuestros hijos sean de la misma edad, será perfecto. Aunque estudié criminología y estuve trabajando varios años al final voy a intentar dedicarme a la literatura porque siempre soñé con ser escritora asique después de la conversación que tuve con Sara en la boda me decidí a escribir la historia de aquel verano que cambió nuestra vida, le pedí que me ayudara y eso hemos hecho. Ha quedado tan.... genial. Me encanta recordar aquellos adolescentes que fuimos, resulta que después de todo vivo en Londres cerca de mis mejores amigos y estoy casada con uno de mis ídolos de la juventud. No sé como irán las cosas a partir de ahora, no sé cuando llegarán mis hijos, ni como serán, no sé cuando tendrán hijos los demás... ni cuantos, no sé como será la novia de Adam cuando por fin la encuentre, no sé si conseguiré hacerme escritora o si esta historia llegará a triunfar.... hay muchísimas cosas que no puedo saber. Pero hay algo de lo que estoy completamente segura desde aquel verano que nos regaló Julia... los sueños se hacen realidad.

miércoles, octubre 16

Sara (Penúltimo capítulo)

Diez años después…

Tras la ventana de avión solo se veían nubes. Unas nubes preciosas, casi tan bonitas como el día que fuimos Laura y yo por primera vez a Londres. Sonreí al recordar aquellos tiempos, ya había pasado mucho desde entonces, pero había cosas que no habían cambiado nada.
Miré mi reloj. Seis menos diez. Era un alivio que mi último paciente hubiera cancelado la cita de las doce, me había dejado juego para adelantar mi vuelo y poder llegar sin problemas a la cena de esta noche. No solía venir mucho a Londres, solo en ocasiones especiales cuando organizábamos cenas o llevaba mucho tiempo sin verles, aunque no estaban siempre todos aquí, como Niall y Rebeca, que al finalizar Rebeca su carrera se mudaron a Los Ángeles para que Rebeca tuviera más oportunidades en el mundo del cine, y no le iba mal la verdad, su última película había sido un éxito en taquilla a nivel mundial. Volví a mirar el reloj impaciente. Diez minutos y aterrizaríamos. Intenté distraerme jugando con las llaves de mi nueva casa en Londres, suspiré y volví a mirar el reloj pero el tiempo parecía haberse parado, respiré otra vez y volví a mirar por la ventana.
-          Gracias, quédese con la propina- dije al taxista tras sacar la maleta del maletero
-          Que tenga buen día señorita- y arrancó tras decirlo.
Metí las llaves en el portal y entré. Saludé al portero y fui directa al ascensor. Estaba enamorada de mi nueva casa, sobretodo de las vistas que tenía, por eso me decidí a comprarla. Ático C. metí las llaves y entré. Todavía olía a nuevo. No tenía mucho amueblado, lo justo, mi habitación, la cocina, el salón y los baños, ya cuando tuviese tiempo desempaquetaría el resto de cajas que tenía guardadas en una habitación y seguiría dándole forma a mi casa, pero ahora me apetecía un baño. Preparé el agua mientras colocaba la ropa en el vestidor para que no se me arrugara. Otra de las razones por las que me compré el piso, el magnífico vestidor de la habitación principal.
 Me quité la ropa y me metí en el agua caliente, el vaho invadía el baño. Cogí el teléfono y marqué. Tendría que avisar de que ya estaba aquí.
-          Hola Sari – dijo Laura al otro lado del teléfono, aún me seguía llamando así.
-          Ya estoy aquí, llegué hace un rato- dije mientras jugaba con los pies con la espuma de la bañera
-          Lo sé, Zayn hizo el seguimiento de tu vuelo con su móvil- oí de fondo un ladrido
-          ¿Qué tal está Noa?- pregunté. Ya estaba algo mayor para andar viajando de España a Londres y los vuelos no le sentaban nada bien.
-          Hoy está muy contento, como si supiera que hoy vienes- reímos las dos. La risa de Laura era lo que más echaba de menos a lo largo de los días.  Noa volvió a ladrar.
-          Me alegro.  Mañana vamos a pasearlo- propuse
-          Eso está hecho- dijo Laura con una risita. Sabía que Zayn le estaba incordiando
-          Dile a Zayn que ya cuelgas- esta vez reímos los tres- bueno, me pasáis a buscar como habíamos quedado ¿no?
-          Sí, en una hora estamos allí- dijo Laura antes de que nos despidiéramos y colgáramos.
Sonreí al pensar en lo bien que les iba a Laura y  Zayn. Todo había ido sobre ruedas para los dos, Laura terminó su carrera allí y tenía trabajo estable, una casa preciosa y un marido que la quería incondicionalmente. Muchas veces envidiaba su felicidad, tenían sus altibajos, como en todas las parejas, pero eran el ejemplo perfecto de almas gemelas.
Decidí salir de la ducha y empezar a arreglarme. La cena la organizaban Niall y Rebeca en su casa y habían pedido a los papás que dejarán a sus hijos en casa que la cena prometía alargarse, lo que me llevaba a esperar un día más para ver a mi ahijado Ian. Suspiré al cepillarme el pelo. Casi todos tenían su vida organizada y yo… bueno yo no podía quejarme en cuanto a temas de trabajo, dinero y salud, pero en lo que se refería al amor… mi corazón seguía con heridas de la primera vez que se rompió hace diez años y cada día que pasaba veía más difícil la idea de encontrar a alguien que consiguiera arreglarlo. Me hice un moño recogiendo mi melena y me dejé algunos mechones sueltos, me maquillé y me vestí con un vestido negro hasta los pies, iba a ponerme los tacones cuando llamaron al timbre. Abrí el portal dejando pasar a Zayn y a Laura y dejé la puerta abierta para que entraran,  tenía tres minutos en lo que subían para coger mi cartera con las cosas y ponerme los zapatos.
-          Estas preciosa, como siempre- oí a mis espaldas cuando acabé de guardar las llaves en la cartera, su voz no sonaba igual por teléfono
-          Yo también te he echado mucho de menos- dije girando y abrazando a Laura, luego abracé a Zayn, que bien le sentaba el traje a este hombre.
Bajamos y nos montamos en el coche de Zayn. Íbamos hablando de que tal estaban las familias de camino a casa de Niall y Rebeca. Entramos en el jardín de la casa y aparcamos, había dos coches que sabía que eran los de Adam y Mark. Llamamos al timbre y nos abrió Niall
-          ¡Sara! Que alegría verte- dijo mientras me abrazaba
-          Yo también me alegro de verte Nialler.
-          Hola Niall, Laura y yo también nos alegramos de verte- dijo Zayn mientras entraba con Laura
-          Cállate que a vosotros os vi ayer- dijo Niall sin soltarme aún del abrazo- pasar al salón- dijo cuándo me soltó y cerró la puerta. Entramos al salón y allí estaban Rebeca, Mark, Alison  y Adam a los que fui a abrazar directamente con una sonrisa
-          Te sienta genial el embarazo Alison, estas guapísima- dije mientras le acariciaba tripa
-          Gracias Sara, tú también estas muy guapa, por cierto ya sabemos que va a ser
-          ¿y?- pregunté ansiosa
-          Un niño- dijo sonriendo a Mark
-          Bien- di una palmada y extendí la mano hacia Rebeca- has perdido, mi dinero- Rebeca suspiró y me dio las veinte libras
-          El próximo embarazo acertare yo- dijo Rebeca resignada. Desde que Els se quedó embarazada, la primera del grupo, Rebeca y yo nos habíamos dedicado a hacer apuesta sobre de que sexo serían y de momento íbamos empates, ella había acertado el de Ian, yo el de Alison y Mark,  y el de Eleanor y Louis  había sido empate porque fueron mellizos, Zack y Hanna.
-          Y tu Adam, ¿has vuelto a cambiar de novia o todavía sigues con la que me presentarte la última vez?- dije mirándolo
-          Esa quedó muy atrás- suspiré, desde que Susie cortó con él tras llevar 3 años Adam se había vuelto un pica flor por decirlo de manera bonita. Lo sentía por él  por qué todavía no lo había superado pero supongo que  cada uno tenía una manera de exteriorizarlo. Llamaron al timbre.
-          Ya voy yo- le dijo Rebeca a Niall y al minuto entró al salón con Dani y Liam
-          ¡Liam!- grité y fui a abrazarlo. Por un momento olvidé que tenía veintiocho años para pasar a tener ocho- ¿qué tal esta mi ahijado favorito?- pregunté
-          Tan bien como su madrina- dijo Liam antes de darme un beso en la frente. Me acerqué a saludar a Dani también y luego todos nos pusimos a hablar. Al rato llegaron Louis y Eleanor. Solo faltaba una persona y cuando creía que ya no iba a presentarse como había hecho más de una vez el timbré sonó y todo mi cuerpo se tensó.
-          Hola a todos, siento llegar tarde- su voz estaba a mis espaldas y a pesar de haber pasado tanto tiempo, mi piel se seguía erizando como el primer día. Me acaricié los brazos para que no se notara y Laura me miró dándome fuerzas. Siempre en las cenas había un momento que la tensión se cortaba con un cuchillo y solo esperaba que esta vez fuera diferente.
Me giré como hicieron todos y nos saludamos con dos besos, esquivando las miradas. Llevaba sin mirar sus ojos desde hacía diez años. Suspiré. Me odiaba a mí misma por haber sentido tanto por él, que no me dejase avanzar y que la herida que parecía curarse se abriera de nuevo cada vez que veía sus rizos.
Todos nos sentamos a la mesa, me senté rápidamente con la esperanza de que no me tocará a Harry enfrente, pero él se sentó delante de mí, como si lo hiciera a posta. Respiré hondo, era lo suficientemente adulta para sobrellevar esto, o de eso me intentaba convencer, esto sería así siempre y por él no iba a dejar de llevarme con las personas más importantes de mi vida. Rebeca sirvió el primer plato, era una crema muy suave, todo el mundo conversaba, pero yo tenía la mente en otra parte, intenté concentrarme e incluirme en la conversación cuando noté dos ojos clavados en mí. Respiré e intenté ignorarle, pero resultaba imposible, su mirada me desconcertaba y hacia que mis piernas temblara, estaba nerviosa. Liam me miró y me sonrió.
-          Pues Sara se ha comprado una nueva casa en el centro,  yo la he visto y es realmente bonita y grande- dijo Liam. Se había dado cuenta.
-          ¿Sí? Pues la tendremos que inaugurar con una cena ¿no crees?- dijo Louis
-          Claro, estáis todos invitados, ya pensaremos día- esbocé una sonrisa
-          ¿incluido yo?- la voz de Harry retumbó por toda la sala. Era la primera vez que hablaba en toda la cena y a todos nos pilló de sorpresa. No sabía que responder, tenía que mirarle. Me giré y miré su boca, no quería mirar sus ojos.
-          He dicho todos…- todo el mundo estaba en silencio mirándonos, él me miró a los ojos y me fije en el color de ellos,  mi respiración se aceleró y aparté la vista rápidamente.
-          ¿incluido yo?- Volvió a preguntar. No sabía la respuesta que quería y tenía mucho calor
-          Si…- dije bajito, me fallaba la voz. Se creó un silencio sepulcral
-          Bueno voy a traer el segundo- dijo Rebeca rompiendo el hielo
-          Te ayudo- dije levantándome rápido. Tenía que salir de allí y deshacer el ambiente que se había quedado. Las dos entramos en la cocina y me apoyé en la encimera
-          ¿estás bien?- preguntó Rebeca
-          Si- tenía un nudo en la garganta. Cogí un vaso de agua y bebí un poco- vamos- le dije a Rebeca mientras le ayudaba con los platos. Cuando volvimos al comedor todo estaba más clamado y mantenían una conversación. El resto de la cena se puede decir que transcurrió tranquila, sentí todo el tiempo dos ojos clavados en mí y en mis movimientos, pero por lo demás conseguí reírme y todo.
-          Bueno chicos- dijo Niall levantándose cuando habíamos acabado el postre- Tenemos algo que anunciaros- este miró a Rebeca y ella se sonrojó- nos casamos- nos quedamos un segundo en silencio y luego fuimos a darles la enhorabuena. Alison estaba llorando de la alegría, serían las hormonas. Todos nos alegrábamos un motón. Con esto de evitar las miradas de Harry no me había fijado en el anillo que llevaba Rebeca en la mano, si lo hubiese hecho antes, no me hubiera pillado tan de sorpresa
-          Abramos una botella de champán para celebrarlo- dijo Louis contento y se fue a la bodega en busca de un champán. Tenía mucho calor y necesitaba tomar el aire. Me acerqué a Laura
-          Laura, salgo al jardín a tomar un momento el aire, enseguida vuelvo
-          ¿quieres que vaya contigo?- me preguntó preocupada
-          No hace falta, no tardaré mucho.
Cogí mi bolso y salí al jardín. Busqué en mi bolso mi cigarro de emergencia y lo encendí. Me apoyé en la barandilla de las escaleras que daban al inmenso jardín que tenían Niall y Rebe. El calor del verano se empezaba a notar. Todo estaba yendo tan rápido… la gente tenía su vida hecha y me alegraba por ellos, muchísimo, pero eso me ponía nerviosa y hacia que me desesperara
-          ¿desde cuándo fumas?- su voz. Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Él se acercó y se apoyó en la barandilla como yo mirando el jardín. Se hizo un silencio.
-          Solo de vez en cuando- dije sin mirarle. Observaba la luna. No era fumadora, ni estaba enganchada, pero en momentos así, no venía mal. Otro silencio se volvió a crear, pero no era incómodo.
-          Antes eras anti-tabaco- seguía sin mirarme, ni yo a él, pero sentía el calor que desprendía su cuerpo
-          Las cosas cambian- dije dándole una calada al cigarro. Estuvimos otro rato en silencio
-          Parecen felices ¿verdad?- era la primera vez que manteníamos una conversación desde el día que rompimos.
-          Si- dije acabándome el cigarro. Lo apagué contra la barandilla y lo tiré en una maceta
-          Tú y yo hubiésemos sido veinte veces más felices- un nudo se formó en mi garganta, no quería discutir y menos por lo que hubiésemos sido si las cosas hubiesen sido diferente. Me giré en dirección a la puerta. Harry me agarró del brazo- Sara no te vayas por favor- tenía ganas de llorar pero no quería que Harry me viera llorando, no quería que pensase que aún tenía sitio en mi corazón, no ahora. Hice amago de soltarme  y alejarme pero Harry me agarró más fuerte y tiró de mi- No pienso dejar que esta vez te vayas- yo cerré los ojos y el juntó su frente con la mía. Estuvimos así un rato y cuando me quise dar tenía la cara empapada de lágrimas- no llores pequeña- susurró Harry. Eso me hizo llorar aún más, hacía mucho que nadie me llamaba así. Agaché la cabeza y el me cogió de la barbilla y me hizo mirarle a los ojos. Esos preciosos ojos que había mirado tantas veces. Quería decir tantas cosas pero no era capaz de articular palabra. Me enjuagué las lágrimas.
-          ¿por qué no viniste al aeropuerto?- pregunté intentando calmarme- un solo quédate tuyo y lo hubiese mandado todo a paseo- no había apartado los ojos de él
-          Fui, pero no tuve el valor de entrar y no hay un día que no me arrepienta de haberte dejado marchar de mi vida, no hay un día que no te eche de menos, no hay un día en que no piense en tu sonrisa y en esos pequeños hoyuelos que se forman y no hay un día en que no piense que soy un monstruo por haber sido el culpable de borrarla de tu cara- hizo una pausa y me acarició la mejilla, yo me estremecí y cerré los ojos- no hay un día que piense en todos los momentos junto a ti, no hay un día en que no me acuerde del color de tu pelo y en el de tus ojos- volvió a hacer una pausa y junto su nariz con la mía- no hay un día que no haya dejado de quererte. Déjame entrar en tu vida de nuevo y te prometo que no te dejaré marchar nunca y que nunca te volveré a hacer daño- cerré los ojos. Estaba llorando de nuevo. Harry agarró mi cara con sus manos
-          Bésame-  susurré. Harry acercó su boca lentamente a la mía, sentía su respiración contra mi cara, me temblaban las piernas y mi corazón iba a mil por hora, hasta que Harry rompió la poca distancia que nos separaba. Nuestros labios se hicieron uno, sentía su calor y sus besos había vuelto a cerrar la herida que ellos mismos había abierto. Me separé de él- no te vayas nunca, si te vuelves a separar de mí no lo superaré nunca- dije acariciando sus rizos
-          Te prometo que nunca me separaré de ti- yo sonreí y él volvió a besarme- vayámonos- dijo tirando de mi
-          ¿a dónde?- pregunté con una sonrisa, nadie podría borrármela
-          Muy lejos, lejos de todo, recuperemos el tiempo perdido, llevamos diez años, ocho meses, dieciséis días  y- miró su reloj- 2 horas separados, tendremos que adelantar todo ese tiempo- yo rompí a carcajadas, estaba completamente enamorada de él, el único amor de mi vida. Él me miró y sonrió como hacía mucho que no lo hacía- echaba de menos tu risa- dijo agarrándome de la mano
-          Vámonos- dije tirándole del brazo- ¿avisamos a los demás?
-          No- dijo sonriendo- lo entenderán, seguro- yo me acerqué a él y le deposité un beso en los labios, él sonrió de nuevo me cogió en brazos y empezó a correr, en dirección al coche, sin rumbo fijo, a un lugar donde solo estuviéramos los dos, recuperando el tiempo que nunca debíamos haber perdido.

viernes, octubre 11

Laura (Capítulo 61)

En cuanto vimos despegar el avión de Sara salimos del aeropuerto, yo estaba llorando y Zayn me rodeaba los hombros con el brazo. Me puse todavía más triste al ver a Harry llorando en el banco de enfrente del aeropuerto, no se había despedido de Sara pero había venido aquí para verla irse... porque la quería. Yo estaba segura de ello, todos lo estábamos, pero ellos parecían no darse cuenta de lo fuerte que era su amor. No se habían visto capaces de superar la distancia, supongo. Me obligé a mi misma a dejar de pensar en ello porque yo no podía meterme en la vida de los demás y me iba a tocar echar demasiado de menos a Sara. Nos acercamos a Harry y Niall se sentó a su lado colocando su mano en la espalda de su amigo. Nadie dijo nada, hasta que Rebeca saltó con un tono triste y algo decepcionada:
- Mierda Harry, no podéis acabar así, ni si quiera te has... - Hizo una breve pausa porque notó como todos la miramos sorprendidos, incluído Harry que la miró con lágrimas todavía en sus ojos. - despedido de ella. - Terminó la frase con un tono más suave, supe que ella también la echaría mucho de menos.
- Anda, vámonos a casa... creo que ya hemos tenido demasiadas emociones por hoy. - Dijo Louis mientras agarraba a su chica de la mano. Asentí con la cabeza mientras me secaba las últimas lágrimas que quedaban en mi mejilla. Todos fueron montándose en diferentes taxis para irse a casa.
- Zayn... vente conmigo al apartamento, por favor.
- Por supuesto, ¿en algún momento se te ha pasado por la cabeza que voy a dejarte dormir sola? - Eso me hizo sonréir. Nos montamos en un taxi, en la calle ya estaba oscureciendo y Londres empezó a brillar como cada noche, mientras miraba sus calles por la ventanilla de mi coche me di cuenta de que ahora aquel sería mi ciudad, mi hogar. También me di cuenta de que ya no era tan genial como el primer día, faltaba algo... faltaba alguien... mi mejor amiga. Noté una lágrima bajar por mi mejilla de nuevo y intenté alejar esos pensamientos de mi mente. No hacía ni dos desde que se había subido a ese avión y ya necesitaba hablar con ella.
Zayn y yo llegamos al apartamento.
- Hoy cocino yo cariño, ¿qué te apetece cenar? - Me gritó desde la cocina mientras yo me ponía algo cómodo en mi habitación, al pasar por el pasillo vi la de Sara vacía y sentí otra punzada de tristeza en el estómago pero volví a evitarla y pensé en todo lo que tenía que contarle cuando recibiese su llamada esa noche.
- No hace falta que cocines Zayn, podemos pedir una pizza... me apetece, ¿a ti no? - Dije volviendo a la cocina y dándole un beso en los labios, sonrió y asintió. Saludé a Noa mientras Zayn encargaba las pizzas.
- Voy a ponerme cómodo yo también, ¿hay ropa mía en tu cuarto verdad?
- Sí, hay un pantalón de pijama tuyo en el cajón de mi armario... pero no hay ninguna camiseta creo.
- No importa. - Me respondió sonriente mientras se alejaba a mi habitación. Justo en ese momento sonó el teléfono. 'Saaaaaaaaaaaaaaaara!' pensé. Corrí a contestar:
- ¿Sí?
- Hola Laura, ya estoy en... casa. - Su voz sonó triste y pronunció la última palabra más apagada. Me dieron ganas de decirle que su casa ya no era allí, que su casa ahora estaba aquí. Pero no quise hacer que nos pusieramos más tristes. Tampoco le conté que Harry había ido al aeropuerto pero que no fue capaz de entrar, por la misma razón. La dejé hablar a ella, me contó que había estado la primera media hora del viaje llorando y el resto dormida. Que ni si quiera tenía ganas de cenar, le hice prometerme que comería algo al colgar. También le hice prometerme que me llamaría mínimo una vez a la semana y que nos veríamos mínimo una vez cada dos meses, o yo yendo a España o ella viniendo a Londres. Después le conté mi conversación con Zayn y como había conseguido que me quedara en Londres ella bromeó diciendo:
- Laura, no hubiese echo falta ninguna conversación con Zayn. Te hubieses quedado allí con él toda la vida con una simple mirada o sonrisa suya. - Las dos reímos, después hubo un silencio de unos segundos y ella añadió: Ahora me doy cuenta de que yo también me habría quedado con Harry toda la vida si en vez de largarse corriendo aquella noche me hubiese dicho que me quedara, o si hoy hubiese ido al aeropuerto... - No dije nada, me quedé callada. Después oí un suspiro y supe que estaba llorando en silencio.
- Sara... Harry te quiere, todos te queremos. Lo sabes perfectamente.
- Laura, creo que necesito descansar, ya te llamaré algún día de esta semana... ¿vale?
- Vale cielo, ¿me prometes que vas a estar bien?
- Lo intentaré.
- Te quiero Sara.
- Y yo, a tí y a todos... recuérdaselo a los demás, ¿vale?
- Ya lo saben, pero lo haré. - Oí un suspiro justo antes de colgar y me giré para mirar a Zayn. Estaba tumbado en el sofá sin camiseta y pasando canales de la televisión, me hizo sonreír porque él no se da cuenta pero es siempre demasiado sexy, y adorable y me dan ganas de abrazarle y besarle lo que me queda de vida. Entonces me dí cuenta de que es mi novio y puedo hacerlo si quiero. Me acerqué y me tumbé junto a él en el sofá, no había mucho espacio pero eso es lo mejor: que tenemos que estar muy apretados. Me rodeó la cintura con los brazos y dejó el mando sobre la mesa. Me abrazó fuerte y me juntó más a él. Sus piernas se entrelazaron con las mías y sus labios se pegaron a los míos, pero sin besarme. Me susurró sobre mi boca:
- Te quiero. - No respondí, solo lo besé. Tardamos poco en irnos a la cama, en busca de más espacio. Y me hizo olvidarme de los malos pensamientos y de la pena y de todo eso como solo él sabía hacer. Durante toda la noche.


Pasaron las semanas y los meses y la vida en Londres junto a Zayn y los demás se fue convirtiendo el rutina. Sara llamaba todos los viernes, algunos días nos juntabamos todo y hacíamos Skype, se notaba tensión entre Harry y ella, sobre todo los primeros días. Pero después empezaron a disimularla mejor. Los chicos trabajaban un montón y había veces que no los veía en varios días, se hacía bastante duro pero me juntaba con las chicas y o con mis compañeros de clase de la universidad. Me fui acostumbrando a ser la novia de una estrella musical y cada día era más feliz. Fuí unas cuantas veces a España, a visitar a mi familia y a mis amigos. Tres veces fui sola, pero otra Zayn vino conmigo y conoció a toda mi familia, fue bastante divertido hacer de traductora porque les costaba entenderse aunque Zayn cada vez sabe más palabras en castellano. Él también me llevó de viaje y a conocer a su familia. Los días iban pasando y las cosas empezaban a funcionar, sentía que mi futuro se iba formando. Sentía que había encontrado mi sitio, mi gente, mi vida de adulta y me gustaba. Trabajaba algunos fines de semana en la taquilla de un cine para ganar algo de dinero porque no me gustaba la idea de que Zayn pagara siempre mis viajes a España (encima, VIP). Me sentía feliz, y realizada y lo único que pedía para completar aquella vida perfecta y de en sueño era tener a Sara allí, pero algo dentro de mí me decía que eso iba a ocurrir, algún día... tarde o temprano.

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